Santo Domingo. – La Asociación de Industrias de la República Dominicana (AIRD) advirtió que, en el mercado nacional, persiste una amplia y preocupante práctica: la venta de alimentos sin cumplir con el etiquetado básico en español y sin contar con el registro sanitario que exige la legislación.
Esta realidad —que afecta directamente el derecho del consumidor a recibir información clara y en su idioma— debe ser corregida antes de avanzar hacia la implementación de un etiquetado frontal con advertencia nutricional (EFAN), planteó el gremio de los industriales.
Según la AIRD, todo producto alimenticio comercializado en el país está obligado a tener su etiqueta en español, junto con el registro sanitario emitido por las autoridades competentes. Estos elementos garantizan que el consumidor pueda identificar correctamente el contenido y origen del producto. Sin embargo, en los puntos de venta abundan alimentos con etiquetas en otros idiomas, incompletas o sin registro sanitario, en abierta violación del marco legal vigente.
“No se puede construir una política de etiquetado frontal sólida sobre una base que está siendo incumplida. Las autoridades deben primero asegurar el respeto a las normas elementales antes de abrir un debate de mayor complejidad técnica y económica”, señaló Mario Pujols, vicepresidente ejecutivo de la AIRD.
Experiencias internacionales diversas
El gremio recordó que la aplicación del EFAN en otros países de la región ha tenido resultados dispares. En México, por ejemplo, donde se aplica desde 2020, la prevalencia de obesidad en adultos pasó de 23.5% a 37.1% entre 2020 y 2023, según datos de la Revista Salud Pública de México.
Pujols apuntó que, a nivel global, no existe un consenso sobre un formato único, resaltando que Estados Unidos estudia un cuadro informativo nutricional, la Unión Europea no aplica un modelo uniforme, mientras que Brasil y Canadá usan formato de lupa, no octagonal.
Igualdad de reglas para todos
La AIRD insistió en que cualquier normativa debe aplicarse sin distinción a productos nacionales e importados. “Lo que se exige a la industria local debe exigirse también al importador. Lo contrario es competencia desleal y es lo que hoy vemos en los anaqueles”, concluyó Pujols.