El actor mexicano Rafael Amaya por fin dio la cara en una entrevista exclusiva con la revista People en Español.
Luego de estar varios años ‘desaparecido’, la razón, según confesó, es que estaba sumergido en las drogas y el alcohol.
A finales del 2019, las grabaciones de la séptima temporada de la narcoserie El señor de los cielos habían concluido, temporada en la cual su otrora protagonista, Rafael Amaya, resultó ser el gran ausente.
Como un ave fénix, declaró que ya está mejor y listo para volver a los escenarios. “Perdí mi paz interior, el amor que le tenía a mi familia, a mi trabajo. Poco a poco me fui sumergiendo en el fango oscuro del alcohol y las drogas, viviendo todos los excesos posibles habidos y por haber”, cuenta en exclusiva a People en Español Amaya, quien vivió durante meses escondido entre la gente en Europa y Centro y Sudamérica, usando gorras y barba larga para no ser reconocido.
“Estuve mucho tiempo solo, haciéndole mucho daño a mis seres queridos, a mis amigos, a mis compañeros y al público también”.
Fue precisamente a sus seres queridos a quienes el actor mexicano pidió auxilio cuando tocó fondo hace ocho meses. “Estaba en mi estudio y de repente recibo una llamada. [Era Rafael]”, cuenta el compadre de Amaya, el cantante mexicano Roberto Tapia, que de vez en cuando tenía noticias del actor cuando este lo llamaba de diferentes números para no ser encontrado. “Me dijo: ‘Compadre, necesito ayuda, ya no puedo”.
Tapia unió fuerzas con la hermana del galán, Fátima Amaya, y con su mánager, Karem Guedimin, quienes durante meses habían rastreado cielo, mar y tierra sin poder encontrarlo. Ellos lo internaron en una clínica de rehabilitación
“Estaba cegado por el manto oscuro de la drogadicción”, dijo el actor que irónicamente encarnó a un temido narcotraficante, Aurelio Casillas, “El señor de los cielos”, y luego, como si saltase de la ficción a la realidad, cayó en el vicio de las drogas.
Reveló que duró en rehabilitación cuatro meses en una clínica que se llama Baja del Sol.
“Estaba pidiendo a gritos que me ayudaran [porque] me sentía muy solo. Sentía que había perdido todo, incluso sentía que mi vida no valía, que había sido un error haber sido actor”, narró.
Y agregó: “Me perdí; me fui a Europa, a Centro y Sudamérica a viajar, a estar solo, me fui a la playa. Siempre estaba escondido entre la gente, siempre me ponía gorras, me ponía mucha barba, estuve en muchos lados. Ahora que estoy viendo la luz otra vez, ya mi vida tiene sentido”.
“Con todas las bendiciones que se han presentado otra vez siento que renací. Tengo fe, tengo amor, esperanza, planes”, concluye el actor.
¿Cuales serán los próximos proyectos de Amaya?
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