El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, anunció este lunes la compra de 500 bitcoines por más de 15,3 millones de dólares en momentos en los que el valor de este activo digital se ha desplomado, y con ello aumentan las pérdidas para su Gobierno, que debe afrontar un vencimiento de la deuda en dólares dentro de siete meses y los mercados dudan que pueda hacerlo.
«¡El Salvador acaba de comprar la caída! 500 monedas a un precio promedio en dólares de 30.744», escribió el mandatario salvadoreño en inglés en twitter.
Con esta compra, el país tendría reservas de bitcóin por 2.301 monedas, pero se desconoce si el Gobierno ha vendido parte de estos para la entrega de un bono a la población equivalente a 30 dólares y la construcción de un hospital veterinario.
La compra de bitcóin, de la que ni el Gobierno ni las autónomas involucradas revelan datos más allá de los tuits de Bukele, se da después de que la criptomoneda perdiera el fin de semana casi el 50 % de su valor seis meses después de alcanzar sus máximos históricos.
Hace seis meses que el bitcóin alcanzó sus máximos históricos en 68 mil 991 dólares, pero desde entonces ha caído casi un 50 % en un contexto de endurecimiento de las políticas monetarias para combatir la alta inflación.
Según los datos de mercado consultados por Efe, el bitcóin bajaba el domingo a las 10.30 GMT un 49.92 % desde sus máximos registrados el 10 de noviembre de 2021, hasta 34 mil 550 dólares.
En 2021 se dio una situación similar, dado que a mediados de mayo el bitcóin llegó a los 33 mil 200 dólares y perdió un 49 % desde los 64 mil 869 dólares marcados en abril de ese año, que entonces era su máximo histórico.
El Salvador cumplió recientemente 8 meses desde que entró en vigencia la Ley Bitcóin, que le da circulación legal en el país junto al dólar de Estados Unidos.
Estos meses se han visto marcados por la falta de rendición de cuentas del uso de más de 200 millones de dólares, 150 de ellos para un fideicomiso -fondo-, aprobados por la Asamblea Legislativa para la adopción del bitcóin.
El referido fideicomiso es manejado por un banco estatal, que puso bajo secreto la información relacionada el manejo de este dinero.
Los principales proyectos vinculados al bitcóin que el Gobierno ha lanzado son el minado de esta criptomoneda para intentar generar riqueza con la energía de los volcanes, la «ciudad bitcóin» -cuya fecha para el comienzo de la construcción se desconoce- y la emisión de 1.000 millones de dólares en bonos.
Esta última medida se ha colocado también como una alternativa para satisfacer las crecientes necesidades de financiación del Ejecutivo salvadoreño.
El ministro de Hacienda, Alejandro Zelaya, dijo a inicios de febrero que la emisión de estos bonos «puede ser bastante interesante como mecanismo de manejo de la deuda de El Salvador» y abre «una nueva ventana de financiamiento» para manejar de mejor forma la curva de repago.
Se esperaba, según el anuncio del Gobierno, que la emisión se diera en marzo pasado, pero esta se suspendió supuestamente para dar prioridad a una reforma de pensiones.
Se augura un default (impago) salvadoreño por el bitcoin
El experimento en el que Nayib Bukele ha metido a su país se resiente por las secuelas de la guerra de Rusia en Ucrania, la ola de inflación y el incremento en tasas de interés por parte de la Reserva Federal en Estados Unidos. Todo ello incide en que el precio de esta criptomoneda se desplomara más del 50%.
Los bonos del Gobierno de El Salvador se cotizan ahora a un 40% de su valor original, lo que evidencia las dudas de los inversionistas de que este país centroamericano pueda finalmente cumplir con el próximo pago de su deuda, en enero, unos 800 millones de dólares.
El Fondo Monetario Internacional (FMI), que podría salvar al Gobierno de Bukele y prestarle lo que requiere para cumplir con su próximo pago de deuda externa, ha insistido en que debe poner fin a tal experimento que ya le costaron al país obtener una pésima calificación crediticia, considerada “basura”, lo que se traduce en intereses más altos que el Gobierno tiene que pagar a acreedores y portazos en las narices en los mercados globales para emitir más deuda.
El debilitamiento de las instituciones y la concentración de poder en la Presidencia han aumentado la imprevisibilidad de las políticas salvadoreñas y el país está envuelto en una nube de icertidumbre que ha llevado a las calificadoras de riesgo a evaluar que, incluso si el Gobierno de Bukele encuentra cómo quitar presión a sus urgencias de financiamiento a corto plazo y cumple en enero, luego continuará con los mismo problemas en vencimientos posteriores. (Con reportes de EFE y otros servicios informativos de Acento)