La Operación Coral, mediante la cual fue apresado el jefe de seguridad del expresidente Danilo Medina y otros cinco implicados, se desprende de la denominada Operación Antipulpo realizada en noviembre pasado.
Así consta en la solicitud de medidas de coerción de la Operación Coral, presentada por la Procuraduría Especializada de Persecución de la Corrupción Administrativa (Pepca).
La Pepca presenta la solicitud de la siguiente forma: “el Ministerio Público, en el transcurso de las investigaciones de cientos de casos de corrupción que tiene abiertos y que ha denominado Operación Antipulpo, dada la dinámica de la operatividad que utilizaban las distintas redes criminales en las que se han podido identificar factores comunes, en lo que respecta a su autor central, en algunos casos por acción y en otros con una dinámica típica del autor mediato”.
“Uno de los tentáculos militares y policiales de este entramado criminal cometía acciones directas y en otras ocasiones su autor mediato, aprovechando sus funciones, cercanía y apoyo irrestricto del principal ejecutivo del país, cometió una serie de acciones que se subsumen en tipos penales graves y que precisaremos en el detalle de la presente imputación preliminar de cargos”, indica el documento.
En la denominada Operación Coral fueron apresados el general Adán Cáceres Silvestre, jefe de seguridad del expresidente Danilo Medina (2012-2020), la pastora Rossy Guzmán Sánchez, Tanner Antonio Flete Guzmán, Rafael Núñez de Aza, Raúl Alejandro Girón Jiménez y Erick Pereyra Núñez.
Al grupo se le imputan los delitos de asociación de malhechores, estafa contra el Estado dominicano, coalición de funcionarios, falsificación de documentos públicos, lavado de activos provenientes de actos de corrupción y porte y tenencia ilegal de armas de fuego.