El exdirector de la Dirección General de Impuestos Internos (DGII) Magín Díaz consideró que el gobierno del presidente Luis Abinader hizo una mala programación del déficit fiscal al no ejecutarlo, lo que significa que no hubo un ahorro porque en las circunstancias actuales se está gastando más para apoyar a los sectores afectados por la pandemia.
“Es normal que nuevas autoridades tengan una curva de aprendizaje y cometan errores; y también es difícil hacer una programación precisa en medio de la incertidumbre más grande que ha vivido la economía en décadas. Pero programar un déficit y luego no ejecutarlo no significa que hubo un ahorro, sobre todo cuando lo que se está haciendo en el mundo entero es gastar más para apoyar a los sectores afectados por la crisis”, reseñó Díaz.
El exfuncionario se hizo eco de la opinión de varios economistas que entienden que el Gobierno no redujo el déficit fiscal de 9.3% a 7.7% del PIB como lo anunció el presidente Abinader a principios de año, sino que hubo una mala programación.
“Si asumimos que este monto corresponde al Gobierno Central, entonces con toda seguridad el déficit del sector público consolidado estará en un rango cercano o superior al 9% del PIB, siendo este monto uno de los mayores de la historia”.
El economista que vaticinó que durante el 2021, y en todo el período del presidente Abinader, la deuda seguirá aumentando y no hay una certeza de hasta cuándo los inversionistas seguirán viendo con buenos ojos el país en materia de solvencia, por lo que abogó por la urgencia de firmar el pacto eléctrico y fiscal.
El exfuncionario señaló que lo que hace falta es un pacto de las fuerzas políticas. “Con un Gobierno que tomó las riendas en medio de una de las mayores crisis económicas y sociales que se recuerden, lo que procede es un gran acuerdo político para salvar la situación. Con una pandemia que está empeorando antes de mejorar esto sería lo sensato”.
En un artículo publicado en el Diario Libre, Magín Díaz dice que el Gobierno está pagando un costo por un dinero que se debió gastar y no se pudo gastar, debido a que se emitió una deuda para pagar un monto mayor al que finalmente se gastó, y esa deuda paga intereses.
“Lo que hay es que explicarlo muy bien porque no es un costo trivial. Puede incluso ser cercano o superior a los dos mil millones de pesos”.
Consideró que siempre y cuando se respeten los topes de deuda establecidos en las leyes de presupuesto y de financiamiento del año, entonces es un manejo adecuado.
“Es, a mi juicio, un costo (por el pago de intereses) que estamos pagando para mantener la estabilidad. El Gobierno en el fondo lo que hizo fue pre-financiar los gastos del 2021. Y eso en medio de una crisis de esta magnitud no está mal”, señaló Díaz.
El exdirector de la DGII se refirió a la colocación de bonos soberanos por parte del Gobierno a un monto superior a los 2,500 millones de dólares para asegurar el financiamiento del nuevo presupuesto, al indicar que se “piensa en el largo plazo, que no es tan largo para un país pequeño y con limitaciones para endeudarse. Pero de lo que se trata ahora es de sobrellevar la situación lo mejor posible”.
Díaz dijo que está claro que el aumento de la deuda pública entre 2019 y 2020 será uno de los mayores de la historia y la magnitud se verá con claridad cuando se publiquen los datos.