Santo Domingo.- Según la Organización Mundial de la Salud, (OMS), 1 de cada 100 niños tienen Trastorno del Espectro Autista (TEA). Se trata de “una afección relacionada con el desarrollo del cerebro que afecta la manera en la que una persona percibe y socializa con otras personas”, según define la Clínica Mayo de EE. UU. Las personas con TEA pueden presentar dificultades en la interacción social y la comunicación.
El 2 de abril es el Día Mundial de Concientización sobre el Autismo y es por ello que aquí te explicamos un poco de estos trastornos.
¿Qué es el TEA?
Los trastornos del espectro autista son un grupo de discapacidades del desarrollo que pueden provocar problemas sociales, comunicacionales y conductuales significativos.
Los TEA son discapacidades del desarrollo causadas por diferencias en el cerebro. Algunas personas con esta condición tienen una diferencia conocida, como una afección genética.
Todavía no se conocen otras causas. Los científicos creen que los trastornos del espectro autista tienen múltiples causas que, al actuar juntas, cambian las maneras más comunes en las que las personas se desarrollan.
¿Cuáles son sus signos?
Los signos de los TEA aparecen antes de los tres años de edad y pueden durar toda la vida, aunque los síntomas podrían mejorar con el tiempo. Algunos niños muestran síntomas en los primeros 12 meses de vida. En otros, puede que los síntomas no aparezcan hasta los 24 meses o después.
Algunos niños con esta condición adquieren nuevas destrezas y alcanzan indicadores del desarrollo hasta alrededor de los 18 a 24 meses de edad, y después dejan de adquirir nuevas destrezas o pierden las que ya tenían.
A medida que los niños con TEA se convierten en adolescentes y adultos jóvenes, podrían tener dificultades para formar y mantener amistades, para comunicarse con personas de la misma edad y adultos, o para entender qué conductas se esperan de ellos en la escuela o el trabajo.
Puede que lleguen a proveedores de atención médica porque también tienen afecciones, como ansiedad, depresión o trastorno por déficit de atención e hiperactividad, que se presentan con más frecuencia en personas con TEA que en personas sin TEA.
Ciencia y ensayos para mejorar las habilidades sociales
El ensayo clínico, en el que han participado el Policlínico Tor Vergata y la Fundación Santa Lucia IRCCS de Roma, mostró que la ingesta de una combinación concreta de Lactobacillus reuteri, que contiene las cepas ATCC-PTA-6475 y DSM-17938, mejoró el funcionamiento prosocial de los 43 niños de entre 4 y 8 años que participaron.
“El estudio que hemos llevado a cabo confirma que la ingestión de terapias integradoras con probióticos es un campo de investigación muy prometedor: los pacientes que hemos incluido, aunque no presentaron una mejora de los síntomas generales, obtuvieron claros beneficios en el funcionamiento social, en particular en las habilidades sociales adaptativas”, dijo Luigi Mazzone, neuropsiquiatra infantil del Policlínico Tor Vergata de Roma.
La investigación, que ha durado más de tres años y cuyos resultados se publicaron en la revista ‘Cell Host & Microbe’ sienta las bases para “identificar los factores biológicos asociados con las disfunciones conductuales, útiles para una mejor comprensión del autismo”, según Elisabetta Volpe, directora del Laboratorio de Neuroinmunología Molecular de la Fundación Santa Lucía.
El trastorno del espectro autista, que en Italia tiene una incidencia de 1 de cada 77 niños de entre 7 y 9 años, es una de las afecciones en las que más se ha centrado la investigación para comprender la relación entre el eje intestino-cerebro y los síntomas propios del autismo.