MLB. – Los Azulejos de Toronto y Vladimir Guerrero Jr. llegaron a un acuerdo para una extensión de contrato de 14 años y US$500 millones, según confirmó una fuente a MLB.com. El acuerdo, aún sujeto a un examen físico, se convierte en el más grande en la historia de la franquicia y uno de los más importantes en las Grandes Ligas.
La firma pone fin a años de especulación sobre el futuro del jugador dominicano, quien habría sido elegible para la agencia libre al finalizar la temporada 2025. Guerrero había fijado el 18 de febrero, fecha del primer entrenamiento completo del equipo, como límite para negociar un nuevo contrato. Desde entonces, se intensificaron los rumores sobre una posible extensión.
Con este acuerdo, Guerrero supera ampliamente el contrato más alto otorgado por la organización hasta la fecha: los seis años y US$150 millones firmados por George Springer. Además, brinda estabilidad a una franquicia que enfrenta posibles salidas de piezas clave como Bo Bichette, Chris Bassitt, Kevin Gausman y Daulton Varsho en las próximas temporadas.
Guerrero, de 25 años, debutó en 2019 como uno de los prospectos más esperados del béisbol y desde entonces ha sido un jugador central en el lineup de Toronto. Aunque la temporada 2025 no comenzó de la mejor manera, su repunte en 2024 reforzó su valor como uno de los bateadores más consistentes y peligrosos de la liga.
El presidente del equipo, Mark Shapiro, había manifestado públicamente el interés de mantener a Guerrero a largo plazo. “Este contrato le da la oportunidad de ser un Azulejo de por vida”, dijo en declaraciones previas.
Con esta extensión, Toronto asegura a su principal figura ofensiva en medio de un panorama competitivo en la Liga Americana. El movimiento también busca consolidar la estructura del equipo en un momento clave para su proyección deportiva, luego de años de reconstrucción y sin avances significativos en postemporada.
Guerrero se une así a un grupo reducido de peloteros con contratos de larga duración que superan la barrera de los US$400 millones, y se convierte en el jugador mejor pagado en la historia del béisbol canadiense.