Por Albert Traver |
Washington (EFE). – Mirada fija a cámara, ceño fruncido, desafiante. Así quedó la foto policial (“mugshot”) que le sacaron los agentes del sheriff del condado de Fulton en Georgia (Estados Unidos) al expresidente y presumible candidato republicano a las elecciones a la Casa Blanca de 2024, Donald Trump.
Para sus seguidores la foto ya es icónica. Durante las 24 horas posteriores a su publicación, Trump recibió para su campaña 4,18 millones de dólares, la mayor recaudación hasta esa fecha. Vendió camisetas, pegatinas y tazas con su foto estampada bajo el eslogan “Rendirse jamás” (“Never surrender”).
Pero la foto es también un recordatorio de que Trump, que durante toda su vida como empresario fue trampeando a la Justicia, entra en el año electoral con causas judiciales de todo tipo que afectarán a su campaña y quizás al resultado de los comicios. Queda por ver si lo harán positiva o negativamente.
Si Trump saliese airoso de tanto embrollo judicial y llegase a la Casa Blanca haría historia convirtiéndose en el primer presidente estadounidense que gobierna en dos periodos diferentes.
Este es el estado de los cuatro procesos penales que han tomado forma este 2023 y que embarran su campaña a meses de las elecciones:
En Georgia, Trump recibe el mismo trato que un jefe mafioso
Trump está acusado junto a 14 cómplices de formar una asociación delictiva con el objetivo de darle la vuelta al resultado de las presidenciales de 2020 en Georgia.
La sorprendente acusación de asociación delictiva es la misma que ha sido utilizada en el pasado para descabezar organizaciones mafiosas. Los fiscales quieren sentar a Trump en el banquillo en agosto de 2024, a solo tres meses de los comicios.
En el corazón de este caso está la llamada que Trump hizo a la máxima autoridad electoral del estado, Brad Raffensperger, días después de las presidenciales de 2020 pidiéndole que “encontrara 11.780 votos” con los que le hubiese arrebatado Georgia a Joe Biden. Una llamada que Raffensperger grabó y luego filtró.
Además de la presión sobre Raffensperger, los fiscales acusan a Trump y a sus cómplices de intentar persuadir a los legisladores de Georgia de ignorar la voluntad popular expresada en las urnas y de acosar a un trabajador electoral.
En total, el expresidente podría ser condenado a un máximo de 76 años y medio de cárcel.
Como apuntó en una entrevista con Efe el profesor de la facultad de Derecho de Georgetown David Super, el caso de Georgia es su “mayor amenaza”, ya que va más rápido que los demás y además Trump tiene “pocas posibilidades de detenerlo o retrasarlo”. Un problema añadido es que tres de los cuatro acusados que ya han llegado a acuerdos con la Fiscalía son exabogados suyos.
Washington DC: el asalto al Capitolio
La negativa a aceptar los resultados de las elecciones de 2020 también son el origen de la acusación que afronta en un tribunal federal de Washington DC, en este caso por incitar el violento asalto al Capitolio que sucedió el 6 de enero de 2021, que dejó al mundo boquiabierto y que sin duda marcó su paso por la Casa Blanca.
Trump está acusado de varios delitos -el más grave el de conspiración para obstruir un procedimiento oficial- que podrían acarrearle un máximo de 55 años de cárcel.
El juicio está previsto para el 4 de marzo de 2024 en la capital federal. Será un día antes del “supermartes”, el gran día de las elecciones primarias, del que Trump podría salir ya con la candidatura republicana asegurada.
Documentos secretos en un sótano de Florida
Cuando Trump se llevó de la Casa Blanca documentos clasificados y secretos hallados por el FBI en un sótano de su mansión de Florida (Mar-a-Lago), quizás no pensó en los problemas que podía acarrearle.
Sobre el exmandatario caen ahora 40 cargos federales, la mayoría por retención deliberada de información de defensa nacional. Una acusación que podría costarle hasta 20 años de cárcel.
Porque como se ha visto en muchas imágenes, no se trata de una carpeta con cuatro papeles, eran cajas y cajas con cerca de 13.000 documentos -300 de ellos secretos- apelotonadas de cualquier manera por el sótano y un baño de la mansión.
La jueza del caso, Aileen Cannon, ha programado el inicio del juicio para el 20 de mayo de 2024. Un calendario que impacta directamente sobre la campaña electoral y, en concreto, sobre las primarias.
El de Nueva York es quizás el más amarillista de sus casos. El expresidente está acusado de falsificar libros contables en una serie de pagos a su entonces abogado, Michael Cohen, durante la campaña presidencial de 2016.
Cohen -que se declaró culpable y cumplió más de un año de cárcel- solo habría actuado como intermediario para el pago de 130.000 dólares de Trump a la actriz porno Stormy Daniels para comprar su silencio durante el periodo electoral.
El expresidente quería tapar que había mantenido, supuestamente, relaciones sexuales con Daniels en 2006. Poco después de casarse con su actual esposa, Melania, y de que naciera el hijo que tienen en común, Barron.
¿Puede Trump ser presidente si es condenado?
Que Trump sea condenado antes de las elecciones del 5 de noviembre o, incluso, que esté en la cárcel cuando ocurran es una posibilidad que no puede descartarse, pero también es probable que los procesos se aplacen o alarguen y que no llegue a sentarse en el banquillo en los próximos meses.
Una hipotética condena no le impide presentarse a las elecciones ni tampoco su elección como presidente.
Su elección, sin embargo, desembocaría en una crisis legal sin precedentes en Estados Unidos, que no tiene en su ordenamiento jurídico el supuesto de que una persona encarcelada gane las elecciones.
El embrollo deberían resolverlo seguramente los tribunales, aunque existen otros caminos, como que Trump trate de indultarse a sí mismo, un as bajo la manga que solo podría intentar en los casos federales de Florida y Washington.