Santo Domingo. – Durante la meditación de la sexta palabra de Jesús en la cruz: “Todo está consumado” (Jn 19,30), la superiora general de la Congregación Hermanas de la Caridad Cardenal Sancha, Sor Carmen Ferrer, afirmó que la verdadera consumación del mensaje de Cristo solo será posible cuando la sociedad viva en igualdad, equidad y respeto mutuo.
“De parte de Jesús, ya todo está consumado. De nuestra parte, todo quedará consumado cuando vivamos como hermanos, en igualdad y equidad, en derecho y respeto… cuando se erradique de las relaciones humanas la lucha de poder y el afán de riquezas”, expresó la religiosa este Viernes Santo, durante su intervención en el Sermón de las Siete Palabras, realizado en la Catedral Primada de América.
Sor Carmen hizo un llamado a la reflexión profunda sobre el compromiso social y pastoral de los cristianos, cuestionando si las acciones actuales están motivando a las nuevas generaciones a crear políticas que ayuden a superar las desigualdades socioeconómicas y culturales.
En un tono crítico y propositivo, también exhortó a superar el asistencialismo, incluso el promovido por el Estado, para dar paso a estructuras y prácticas sociales que respeten la dignidad humana y fomenten la equidad.
Salario justo y economía solidaria
Desde una perspectiva económica, la religiosa instó a revisar si se está defendiendo con suficiente fuerza el derecho a un salario justo —no solo legal— que permita cubrir las necesidades básicas, sostener a la familia y tener capacidad de ahorro.
“¿Buscamos desarrollar una economía de la solidaridad que rescate la dignidad humana?”, cuestionó, indicando que aún persiste una realidad marcada por la desigualdad, el egoísmo y la ausencia de valores evangélicos, por lo que “no podemos decir que todo está cumplido”.
Sor Carmen también enfatizó que Dios no resolverá los problemas del mundo de forma mágica. En cambio, invitó a vivir una esperanza activa, comprometida con la justicia, y citó a Václav Havel para recordar que: “La esperanza no es la convicción de que las cosas saldrán bien, sino la certidumbre de que algo tiene sentido, sin importar su resultado final”.
Finalmente, llamó a seguir “apurando resurrecciones en medio de tantos crucificados” y continuar la lucha por una sociedad más justa, hasta que, como dice San Pablo, “Dios sea todo en todos” (1 Co 15,28). Solo entonces —concluyó— todo estará verdaderamente consumado.