Kiev.- Rusia disparó este viernes más de 150 misiles y drones contra varias ciudades de Ucrania y provocó al menos 16 muertos y 97 heridos, en uno de los ataques aéreos más importantes en «mucho tiempo».
«Esta mañana, 150 misiles y drones atacaron pacíficas ciudades ucranianas. Sabemos que hubo 16 muertos y 97 heridos», incluidos dos niños de 6 y 8 años, afirmó en las redes sociales el fiscal general ucraniano, Andrii Kostin.
«El enemigo utilizó 158 medios de ataque aéreo contra Ucrania durante la pasada noche, tanto misiles de distinto tipo como drones», indicó la Fuerza Aérea ucraniana en Telegram, donde precisó haber interceptado 114 de esos misiles y drones.
«Rusia utilizó todo tipo de armas de su arsenal», aseguró el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, en la red social X.
«No habíamos visto tanto rojo en nuestras pantallas desde hacía mucho tiempo», reconoció Yuri Ignat, portavoz de la Fuerza Aérea.
El ministerio de Defensa ruso se limitó a comunicar que «habían alcanzado todos sus objetivos» e indicó que hubo «un bombardeo de envergadura» entre el 23 y el 29 de diciembre contra infraestructuras militares, depósitos de municiones y bases de soldados ucranianos y mercenarios extranjeros.
«La horrible realidad»
El ataque tuvo lugar tres días después de que Moscú reconociera que el buque «Novocherkassk» resultó dañado el martes debido a un bombardeo ucraniano en Feodosia, en la anexionada península de Crimea.
Esta semana también estuvo marcada por el anuncio por parte del ejército ucraniano de un repliegue a los suburbios de Marinka, una localidad del este del país que el ejército ruso afirma haber conquistado.
Estados Unidos anunció el miércoles el desembolso de 250 millones de dólares en ayuda militar para Ucrania, el último paquete de apoyo disponible para el gobierno sin la aprobación del Congreso.
«Hacemos todo lo que podemos para reforzar nuestro escudo aéreo, pero el mundo debe ver que necesitamos más ayuda y medios para detener este terror», afirmó Andrii Yermak, jefe de la administración presidencial ucraniana, en Telegram, donde denunció que los misiles impactaron contra «edificios civiles».
La embajadora estadounidense en Kiev, Bridget Brink, reaccionó al bombardeo asegurando que «Ucrania necesita los fondos de ayuda ahora mismo para seguir luchando por la libertad y ante tanto horror en 2024».
Los bombardeos del viernes ilustran «la horrible realidad» vivida por los ucranianos, afirmó en X la coordinadora humanitaria de la ONU para Ucrania, Denise Brown, quien denunció «una oleada de ataques llenos de odio».
Una maternidad afectada
Durante la madrugada del jueves al viernes, los alcaldes de Leópolis (oeste) y Járkov (nordeste) informaron de bombardeos nocturnos contra sus localidades.
Periodistas de la AFP también escucharon fuertes explosiones a primera hora de la mañana en Kiev.
En un barrio del norte de la capital ucraniana, un hangar de 3.000 m2 estaba en llamas y allí se produjeron «numerosos heridos», según el jefe de la administración militar de la capital, Serguéi Popko.
Según el alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, siete personas «están actualmente ingresadas en un hospital» y quedó dañada una estación de metro utilizada como refugio antiaéreo.
Los bombardeos también afectaron las localidades de Dnipró (este) y Odesa (sur), según las autoridades locales.
El ministerio de Salud informó que una maternidad «quedó muy dañada» en Dnipró, donde el alcalde informó de muertos y heridos.
En Odesa, un inmueble se incendió después de que impactaran en él los restos de un dron abatido.
Las autoridades locales indicaron que hubo un muerto y tres heridos en Leópolis, una ciudad situada a unos 70 kilómetros de la frontera con Polonia, muy lejana al frente y donde los ataques resultaron muy poco habituales en los últimos meses.
Polonia aseguró haber detectado un objeto volador «que llegó desde la frontera con Ucrania» en el pueblo polaco de Zamosc, en la parte oriental de este país miembro de la OTAN.
Iniciada en junio, la contraofensiva ucraniana fracasó y el ejército de Kiev no logró avances territoriales a lo largo de 2023, en que no hubo cambios significativos en el frente.
El general alemán Christian Freuding, quien supervisa el apoyo a Ucrania por parte de Alemania, reconoció que Rusia demostró «una capacidad de resistencia» superior a la prevista por los países occidentales en el inicio de la guerra en febrero de 2022, en una entrevista en el diario alemán Süddeutsche Zeitung.