Redacción Internacional. – Bradley Beard dice que el huracán Laura es su tercer strike. En 2005, Rita dejó inundaciones de 30 centímetros (1 pie) en su casa blanca de madera en Hackberry, Luisiana, una pequeña comunidad del municipio Cameron a 24 kilómetros (15 millas) del Golfo de México.
Después, en 2008, Ike causó inundaciones que alcanzaron el suelo de la casa rodante que compartía con su hija y sus dos nietas, ubicada en la misma propiedad.
Pero Laura superó a esos dos huracanes. Arrancó la casa de sus cimientos y la dejó a pocos metros de distancia. La casa rodante en la que vive su hija Nicole junto a sus dos nietas quedó completamente destruida, los muros demolidos para revelar una combinación de ropa, pertenencias y tablones de madera. Algunas de las pocas cosas que aún estaban en su lugar eran una canoa y un bote de basura, amarrados a una parrilla de acero clavada en el suelo.
Soldador retirado que trabajó en muchas de las refinerías que se encuentran en las costas de Luisiana, el hombre de 62 años se abría paso entre los escombros, a pesar de que tiene dos rodillas artificiales. Después de trabajar varios minutos para cerrar las llaves de paso del agua en la propiedad, se sentó sobre un tronco caído y se limpió el sudor de la frente.
“No tengo otro lugar”, declaró. “Esto es todo lo que tengo”.
A lo largo de todo el municipio de Cameron, donde el huracán Laura tocó tierra en las primeras horas del jueves, los residentes rescataban lo que quedaba de sus pertenencias, cubrían con lonas los tejados arruinados y evaluaban los daños.
La tormenta de categoría 4 golpeó con vientos de 240 km/h (150 mph) y una marejada ciclónica que, de acuerdo con el gobernador de Luisiana John Bel Edwards, alcanzó los 4,5 metros (15 pies). Autoridades del estado reportaron dos decesos adicionales el domingo, para un total de 18 fallecimientos a causa de la tormenta en Luisana y Texas; más de la mitad de las víctimas murieron intoxicadas por monóxido de carbono.
Las muertes reportadas el domingo incluyen a un hombre de 57 años del municipio de Calcasieu, quien sufrió una lesión en la cabeza luego de caer de un techo, anunció el Departamento de Salud de Luisiana. Otro residente de Calcasieu murió por intoxicación con monóxido de carbono.
Hasta el domingo en la mañana, unos 460.000 clientes permanecían sin luz, según el Edison Electric Institute, la asociación de compañías eléctricas privadas de Estados Unidos.
El presidente Donald Trump visitó Luisiana y Texas el sábado para mostrar su apoyo y evaluar los daños.
Edwards dijo que Laura es el huracán más potente en haber golpeado a Luisiana, una declaración sorprendente en un estado en el que el devastador huracán Katrina tocó tierra el 29 de agosto de 2005. En el oeste de Luisiana, es la tormenta que llegó a tierra un mes después que Katrina — el huracán Rita — la que evoca los peores recuerdos.
Los daños causados por Laura les recordaron a muchos habitantes el paso de Rita, que azotó ese mismo municipio y arrasó con comunidades enteras, provocando una de las mayores evacuaciones en la historia de Estados Unidos. Fuente: AP