DUDO QUE ALGUIEN cuestione la jerarquía de Mike Trout en el béisbol de grandes ligas. En ocho de sus nueve temporadas previas a la de 2020, la cuarta posición es lo más bajo que ha estado en la votación de Jugador Más Valioso. Tres veces ha ganado (2014, 2016 y 2019) y cuatro veces ha terminado en la segunda posición (2012, 2013, 2015 y 2018). Su talento y sus números (tradicionales y sabermétricos) le abrieron las puertas a un contrato de $430 millones por 12 años, el más grande de la historia de los deportes profesionales de Estados Unidos. Pero su estancia en «el otro equipo de Los Angeles» está cobrándole un impuesto muy alto.
NI CON TEMPORADA acortada, playoffs ampliados a 16 equipos, la dirección del extrovertido Joe Maddon y la llegada del Anthony Rendon, los Angels parecen destinados a clasificar a la postemporada. Al cierre de esta nota, presentaban balance de 8 victorias y 17 derrotas, el tercer peor balance en las Mayores. Valoren este dato: Mike Trout ha jugado 1220 partidos en temporada regular. ¿En playoffs? Solo tres. ¿Y sus números? De 15-1. Ese uno fue un jonrón. Nada más. Seguramente Trout no tiene poder de decisión en su organización, pero es hora que comience a presionar a la dirigencia para que arme un equipo competitivo o que le negocie su partida. Solo así podrá escribir su historia en los juegos que valen campeonatos para que un futuro no digan -con toda razón- que Trout solamente fue el mejor pelotero de temporada regular. No olviden que el tiempo pasa y nos vamos poniendo viejos.
Vía: espn.com