Santo Domingo.– Horas antes del colapso del techo del Jet Set Club, a Maribel Espaillat le advirtieron sobre el peligro y le pidieron suspender la fiesta. Ella se negó, alegando que Antonio Espaillat no se encontraba en el país. Así lo indica la solicitud de medida de coerción presentada por el Ministerio Público.
El documento detalla que la gerente del establecimiento “priorizó el beneficio económico sobre la seguridad y la vida de las personas”, pese a conocer que habían caído escombros en el lugar.
La Fiscalía acusa a Antonio y Maribel Espaillat de haber sobrecargado el techo de la discoteca de manera excesiva y progresiva, con elementos de gran peso como casetas técnicas, ductos, seis unidades de aire acondicionado de 15 y 20 toneladas cada una, y tinacos de agua. Todo esto, sin ningún estudio técnico que avalara la capacidad estructural del edificio.
El expediente señala que los hermanos Espaillat aplicaron “soluciones paliativas inadecuadas” con el único interés de ahorrar recursos, a pesar de tener “conocimiento pleno” de los problemas del techo.

A raíz del colapso, ocurrido el pasado 8 de abril, murieron 236 personas y otras 89 resultaron heridas. Aun así, la acusación formal de homicidio involuntario conlleva una pena máxima de solo dos años de prisión y una multa de entre 25 y 100 pesos, según el actual Código Penal dominicano.
Los hermanos Espaillat fueron arrestados este jueves tras ser interrogados por el procurador adjunto Wilson Camacho y la fiscal del Distrito Nacional, Rosalba Ramos. La Fiscalía solicita prisión preventiva contra Antonio y arresto domiciliario para Maribel.