Israel.- (AFP)- La presión sobre Israel creció el martes cuando la Asamblea General de la ONU pidió un «alto el fuego humanitario» en la Franja de Gaza, mientras el presidente estadounidense advirtió que Israel se expone a perder apoyo internacional por su bombardeo «indiscriminado» en Gaza.
Los habitantes del territorio palestino, sometido a un asedio «completo» por parte de Israel, ruegan que se «termine este infierno en la tierra», escribió Philippe Lazzarini, el jefe de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA), en la red social X, durante una visita al territorio.
Israel bombardea el estrecho territorio palestino desde el 7 de octubre, en respuesta al ataque perpetrado por milicianos islamistas de Hamás, en el que mataron a 1.200 personas y secuestraron a unas 240.
En paralelo a los bombardeos, las tropas israelíes iniciaron el 27 de octubre una operación terrestre en el enclave, con el objetivo de «aniquilar» al movimiento islamista, que gobierna Gaza desde 2007.
El Ministerio de Salud del territorio afirma que 18.412 personas murieron desde el inicio de la ofensiva israelí, en su mayoría mujeres y menores de 18 años.
El ejército israelí anunció el martes que recuperó y llevó a Israel «los cuerpos de los rehenes Eden Zakaria y [del soldado] Ziv Dado», sin detallar cuándo tuvo lugar la operación en Gaza.
El portavoz del ejército, Daniel Hagari, afirmó que 135 rehenes permanecen en Gaza.
Netanyahu «debe cambiar»
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, declaró tras una conversación con Biden que Israel recibió el «pleno respaldo» de Estados Unidos, pero admitió que existe «desacuerdo» entre los aliados sobre la etapa post-Hamás.
Biden afirmó posteriormente que el gobierno israelí se opone a una solución de dos Estados y añadió que Netanyahu es «un buen amigo, pero debe cambiar» con respecto a este asunto.
Según Biden, Israel tenía «el apoyo de la mayoría del mundo» tras los ataques del 7 de octubre, pero que comienza a perder ese respaldo «por el bombardeo indiscriminado» en Gaza.
Después de que Estados Unidos vetara el viernes una resolución del Consejo de Seguridad que pedía un alto el fuego en la Franja de Gaza, la Asamblea General aprobó este martes un texto similar.
De los 193 países miembros de la ONU, 153 votaron a favor, 23 se abstuvieron y diez votaron en contra, entre ellos Israel y Estados Unidos. El texto, no vinculante, no condenaba a Hamás.
«¿Por qué es tan difícil decir inequívocamente que matar bebés y disparar a padres delante de sus hijos es horrible?», declaró la embajadora estadounidense Linda Thomas-Greenfield.
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk advirtió que la situación humanitaria en la Franja de Gaza está «más allá del colapso».
Según Naciones Unidas, 1,9 millones de los 2,4 millones de sus habitantes han sido desplazados por el conflicto.
El Centro de Satélites de Naciones Unidas (UNOSAT) determinó que 18% de las infraestructuras del estrecho territorio han resultado dañadas desde el inicio de la guerra, según una imagen satelital tomada el 26 de noviembre.
Las organizaciones humanitarias alertan de que, en breve, el asediado territorio estará desbordado por las enfermedades y la hambruna, y presionan a Israel para que proteja a los civiles.
Egipto envió este martes 80 camiones de ayuda humanitaria a Gaza a través del paso de Rafah, después de que Israel anunciara el lunes el establecimiento de un punto de inspección adicional en Kerem Shalom.
Hospital «rodeado»
En el norte del enclave, las tropas israelíes «asaltaron el hospital Kamal Adwan tras haberlo asediado y bombardeado durante varios días», señaló el portavoz del Ministerio de Salud, Ashraf al Qidreh.
El ejército no reaccionó de inmediato, pero Israel suele acusar al grupo islamista de usar túneles bajo hospitales, escuelas y mezquitas, con fines militares. Hamás rechaza estas acusaciones.
La Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) había señalado que el hospital seguía «rodeado de tropas y tanques israelíes» y que se habían reportado «combates con grupos armados en sus inmediaciones durante tres días consecutivos».
En el sur, los bombardeos israelíes mataron a al menos a 24 personas en Rafah, en la frontera con Egipto, donde decenas de miles de personas llegaron para refugiarse de los ataques aéreos en el norte, según la agencia de noticias palestina Wafa.
Un bombardeo dejó un cráter y destruyó edificios circundantes.
«Aún hay gente por debajo» de los escombros, dijo Abu Jazar, de 23 años. «Pedimos al pueblo árabe y al mundo que presionen para detener los ataques contra Gaza», subrayó.
Los militares israelíes afirmaron haber bombardeado un sitio en Jabaliya, cerca de Ciudad de Gaza, desde donde se lanzaban cohetes hacia la ciudad de Sederot, en el sur de Israel, y que encontró multitud de armamento en un recinto de Hamás.
El ejército informó que 105 de sus soldados murieron en la Franja desde el inicio de la ofensiva, 13 de ellos por «fuego amigo» y otros en accidentes con vehículos o armas.
Más tarde, el cuerpo armado afirmó que dos soldados «cayeron en batalla» durante la operación en la que recuperaron los cadáveres de dos rehenes.
El conflicto ha multiplicado la violencia en Cisjordania, ocupada por Israel desde 1967. Las fuerzas israelíes mataron a seis personas en la ciudad de Yenín, informó el Ministerio de Salud de este territorio palestino este martes.
También crece el temor a una conflagración regional, con duelos de artillería diarios en la frontera entre Israel y Líbano.