Santo Domingo.- Los sumerios solían prepararla a base de pan de cebada especiado, dejando fermentar dentro de tinajas con agua, lo preparaban en hornos de malteado y tenían distintas tonalidades dando toques de ligeros a fuertes.
Esta fue la primera receta de cerveza que ha existido a lo largo de la historia, en una de las civilizaciones más antiguas que datan del año 3,300 A.C.
Mientras que Grecia lo denominó «vino de cebada» o Zythum, era una de las cervezas más populares en la civilización griega. Los más antiguos la consideraban como la bebida nacional egipcia por excelencia, heredando sus métodos y recetas.
Los griegos fueron poco aficionados a consumirla, a diferencia de sus vecinos los frigios, de la antigua región de Asia Menor, donde el Rey Midas dejó en las ánforas de su tumba restos de la cerveza que bebían en aquella época.
El gran potencial de la cerveza o ‘zithum’ (como la llamaban), tras Alemania y EE.UU siglos más tarde, sin duda se lo llevaron los egipcios. Perfeccionaron la receta, y como regalo de los dioses, atribuían su invención al Dios Osiris.
Junto a las cebollas o el pan, formaba parte de la dieta básica de la mayoría de la población. En época de los faraones adquirió una sólida dimensión industrial. Sus fábricas producían ¡nada menos que 4 millones de litros por año en tiempos de Ramsés II! Tanto, que los graneros estaban prácticamente destinados a la cebada para su elaboración y la utilizaban como moneda de cambio.
Con la expansión de los pueblos bárbaros que residían en el norte de Europa el consumo de cerveza se volvió muy popular, por lo que durante la época de Carlo Magno y su imperio la cerveza adquirió gran apogeo y sigue extendiéndose hasta convertirse en la bebida fermentada más antigua de la humanidad.
Los ingredientes básicos que intervienen en la elaboración de esa bebida son: el agua, los cereales (generalmente malta de cebada o trigo), las levaduras y (recientemente en su historia) el lúpulo (Humulus lupulus L.).
La combinación de la calidad, cantidad y especie de cada uno de estos ingredientes produce una gran variedad de tipos de cerveza.
A través de su evolución, dependiendo de la época que se trate, la región y de la cultura, se ha considerado una bebida bien de carácter social, con cualidades refrescantes, o con características nutritivas.
Las primeras cervezas eran de tipo ale, es decir, de fermentación a temperatura ambiente causada por la levadura Saccharomyces cerevisiae (sin empleo de lúpulo), responsable igualmente de las fermentaciones del pan y el vino.
Posteriormente, ya en el siglo XV se comienza a fermentar en la zona baja de las cubas. El efecto de una nueva levadura (Saccharomyces pastorianus) necesita menores temperaturas y se busca de forma natural en el fondo de cuevas: surge así la cerveza tipo lager.
En el mismo siglo se incluye el lúpulo en algunas de las cervezas. Su popularidad y agradable sabor hace que esta nueva cerveza (lager), esté en oposición con la clásica (ale).
Su producción necesitará el advenimiento de las máquinas de vapor y la introducción de los sistemas de refrigeración fundamentados en los compresores.
Estilos de cerveza más populares
Muchos estilos de cerveza se clasifican como uno de los dos tipos principales, Ale y Lager, aunque muchos estilos desafían la categorización en categorías tan simples. Las levaduras que fermentan a temperaturas más cálidas, generalmente entre 15,5 y 24 C, forman una capa de espuma en la superficie de la cerveza fermentada, por eso se les conoce como levaduras de fermentación superior.
Estas cervezas generalmente se clasifican como cervezas tipo ale. Las levaduras que fermentan a temperaturas considerablemente más bajas, tienen la capacidad de procesar un compuesto químico conocido como rafinosa, un azúcar complejo creado durante la fermentación. Estas levaduras se acumulan en el fondo de la cerveza de fermentación y, por lo tanto, se conocen como levaduras de fermentación de fondo.
La mayoría de la cerveza que se produce hoy se fermenta de esta manera y se llama lager.
Algunas cervezas se fermentan espontáneamente a partir de levaduras silvestres como, por ejemplo, las cervezas lambic de Bélgica.