EFE. – El idioma que oye un recién nacido mientras está en el útero de su madre moldea la organización funcional del cerebro y puede ayudar a los bebes a adquirir esa lengua con facilidad.
Un estudio con 33 recién nacidos de madre francófona y que publica Science Advances describe la investigación de un equipo de científicos italianos, franceses y holandeses, la cual sugiere que la excepcional capacidad de los recién nacidos para adquirir el lenguaje puede comenzar antes de nacer.
Los autores consideran que los resultados del estudio “proporcionan la prueba más convincente hasta la fecha de que la experiencia lingüística ya moldea la organización funcional del cerebro infantil, incluso antes del nacimiento».
Los bebés pueden aprender el lenguaje a un ritmo notable y se sintonizan con los sonidos de su lengua materna alrededor del año de edad.
Una capacidad que puede comenzar antes del nacimiento, ya que pueden empezar a escuchar sonidos fuera del cuerpo de su madre alrededor de los siete meses de gestación.
También se sabe que los recién nacidos prefieren la voz de su madre y pueden reconocer la música, así como los ritmos y melodías del habla que se escuchan en el útero.
El equipo encabezado por Benedetta Mariani de la Universidad de Padua (Italia) vio que los 33 recién nacidos participantes en el estudio presentaban, tras escuchar francés en lugar de español o inglés, mayores oscilaciones neuronales asociadas al procesamiento del lenguaje.
La actividad neuronal de los recién nacidos entre uno y cinco días fue monitoreada con encefalogramas mientas escuchaban, durante el sueño, versiones en francés, inglés y español del cuento ‘Ricitos de oro y los tres osos’.
Los pequeños llevaban gorros con diez electrodos activos colocados cerca de lugares del cerebro asociados a la percepción auditiva y del habla.
Para la prueba, se midió la actividad electrofisiológica mientras los bebés escuchaban 3 minutos de silencio, bloques de 7 minutos de francés, español e inglés en distintos órdenes y otros 3 minutos de silencio.
Los que escucharon francés en último lugar mostraron mayores correlaciones temporales de largo alcance, es decir, oscilaciones cerebrales asociadas a la percepción y el procesamiento del habla, lo que indica la aparición temprana de la especialización cerebral para la lengua materna.
La exposición al habla provoca cambios rápidos pero duraderos en la dinámica neuronal, mejorando las correlaciones temporales de largo alcance y aumentando así la sensibilidad de los bebés a los estímulos escuchados previamente.