SANTO DOMINGO. – Carmen Imbert Brugal, miembro titular de la Junta Central Electoral (JCE), manifestó este lunes que la misión de observación electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA), además de los técnicos del órgano electoral, tenían conocimiento de los problemas que presentaba el sistema del voto automatizado, previo al día de los comicios municipales, el pasado 16 de febrero.
Durante su participación en el proceso de entrevistas a los aspirantes para ocupar las vacantes en la JCE, Imbert Brugal reiteró ante los senadores que llevan el proceso, que el pleno del órgano electoral no tenía conocimiento del fallo en el sistema.
En ese sentido, explicó que cada miembro tenía asignada una región previo a las elecciones y que tras regresar a la Junta de las zonas que monitoreaba, “estaba absolutamente convencida del éxito del sistema de voto automatizado”.
“Nosotros jamás nos enteramos de lo que estaba ocurriendo. Pero hay algo peor, la misión de la OEA si lo sabía y los técnicos de la JCE lo sabían. Por la tarde (previo a los comicios) ellos todavía creían que podían solucionar el problema”, indicó, al tiempo que manifestó que esta situación fue expuesta el pasado 19 de febrero, cuando los miembros del pleno fueron cuestionados en una audiencia por el fallo.
Imbert Brugal agregó que fallo fue resuelto en zonas como Mao y San Francisco de Macorís por los secretarios de la JCE en esos municipios, sin embargo, “ya había un malestar y ya no se podía (continuar con el proceso)”.
Sostuvo, además, que “la suspensión fue solicitada por los líderes políticos y los delegados; se votó tres veces y no fue unánime. Fue un pleno extraño y ampliado, porque ahí estaban prestantes ciudadanos de la sociedad civil con observaciones apocalípticas. Incluso (un aspirante entrevistado) nos dijo que iban a quemar la JCE si no aprobábamos lo que estaban solicitando. Esa es la verdad de los hechos”.
“A las 7:18 de la mañana (del 16 de febrero) se había inaugurado la jornada y llamaron al presidente de la JCE para que suspendiera y ahí estaba la OEA, delegados de los partidos políticos, menos los partidos grandes”, indicó Imbert Brugal, quien calificó el hecho como “terrible y traumático”.
Sin embargo, resaltó que, en su auditoría posterior, “la OEA determinó que no hubo dolo, intensión dañosa, crimen ni delito en esa suspensión”. Asimismo, sostuvo que tras el uso del sistema tradicional de votación “se preservó la estabilidad democrática e institucional que podía peligrar el 16 de febrero”.