Quienes la conocen confían en ella como una experta en neurociencia. Se hace pasar como una gran eminencia y, a pesar de su corta edad exhibe diversos títulos de maestrías y PHD. Pero realmente, su más grande capacidad es convencer a los demás de sus “conocimientos”. De esto sí que no tiene certificación.
Se trata de Elizabeth Silverio Sillien, una joven de 30 años, que, además de ser pastora de la iglesia “Somos Adoradores”, es CEO y directora del Centro de Terapias Neurocognitivas y psicopedagógicas Kogland, que según su registro mercantil fue creado en diciembre de 2021, junto a su socio y esposo, Davis Báez Zorrilla, con el objeto social de terapias psicopedagógicas.
Ella se vende como una joven prodigio de la psicología, pues en la página de Facebook del Centro Kogland, dice ser doctora en neurociencias modalidad de intervención cognitivo cerebral, áreas clínicas y pedagógica en la prestigiosa Universidad de Cambridge en Inglaterra, con master en administración, gestión académica y creación de maquetas corporativas educativas en el Campus West Indies University, un PhD en neurociencia infantil y general con especialidad en intervención de trastornos, síndromes y comorbilidades del desarrollo.
También, se define como especialista en las áreas neurobiológica, neurocognitivas y neuropatología de la Universidad de Florida, Master ESD de modelo de inclusión mención educación especial en la Universidad West Indies de Barbados, especialista en estructura terapéutica y creación de tratamiento de intervención de la Universidad de Valencia en España y un postgrado en actualización de la modalidad psicológica milenial.
Esta especialidad tiene como carrera madre a la Psicología, por lo que un especialista en neurociencias debe ser psicólogo primero, aunque se dan casos de otros profesionales que se forman en el área y aplican estos conocimientos a sus carreras como los psiquiatras y médicos generales, pero esto no los faculta para brindar terapia.
Especialistas en neurociencias confirmaron a N Investigación Periodística que toda esta formación conllevaría mínimo unos 10 años continuos.
No existe coherencia entre su edad y los años que se toma tener toda la formación académica que ella asegura tener.
“Yo soy neurocientífica. Tengo que tener la base (en neurociencia). Soy doctora en educación y neuro intervención”, aseguró en entrevista a Nuria Piera.
Sin embargo, un recibo de pago de consulta neurocognitiva, establece que el proceso fue aprobado por la doctora Elizabeth Silverio con el exequatur 667709, el cual sorpresivamente no es del Colegio Dominicano de Psicólogos (CODOPSI) sino que aparece en la base de datos del Colegio Médico Dominicano y corresponde a una doctora en medicina que se llama Karen Elizabeth Silverio Peralta.
Ante la incapacidad de justificarse ante esta prueba, se excusa alegando que ese es su número de exequatur internacional. Negó que se trate de un familiar de ella, que es lo que pareciera por tener el nombre y el primer apellido, igual.
“Si lo soy y estamos validando con CODOPSI”, insistió, asegurando que ella hizo los trámites legales para poder hacer la patente en República Dominicana, y hacer el cambio de exequatur internacional a exequatur legal.
Sin embargo, el equipo de N Investigación Periodística contactó a CODOPSI para comprobarlo y ellos enviaron esta certificación de fecha 18 de mayo de 2023, dos días después de cuando ella supuestamente había ido, donde hacen constar que en sus registros de miembros no reposan informaciones de Elizabeth Silverio Silien.
Elizabeth asegura que ella estudió en Antigua y Barbuda, de donde supuestamente son sus abuelos. Sin embargo, el programa muestra pruebas de que incluso ha necesitado carta especia para entrar a ese país.
Importante destacar que, en el centro de su propiedad, además, brinda terapias sin la licencia del Ministerio de Salud Pública.
Los títulos falsos
No habría necesidad de validar con la universidad porque a simple vista el certificado luce falso, empezando por las faltas ortográficas que resultan imposibles que aparezcan en un título de una prestigiosa casa de altos estudios.
De todos modos, el equipo de investigación llamó directamente a la universidad estadounidense (Universidad de Florida) para confirmar si este documento es original y la respuesta tal y como se esperaba; el certificado es falso.
Insiste además en que tiene certificaciones en la Universidad de Cambridge en el 2011, a una muy corta edad.
“Puedo validar que entré a hacer la especialidad con el College directamente de Antigua y Cambridge sin problema”, dice con seguridad, agregando que terminó la escuela a los 14 años de edad y entro a mis 15 al College de Antigua, que “tiene la validación y la fusión con el Cambridge University, porque Antigua pertenece a Inglaterra, es uno. Dos, entonces yo tengo validaciones específicas desde que es el estudio”.
Entre incoherencia y tono de voz alterado, Elizabeth trató de justificar sus títulos falsos.
Ante este nuevo caso y todos los demás que han sido presentados en N Investigación Periodística, el equipo de producción del programa reiteró la urgente necesidad de la implementación de un plan nacional de verificación y validación de títulos en todas las carreras.
El gobierno creó una comisión a inicios de 2022, integrada por el MESCYT y el Ministerio de Salud Pública.
En ese sentido, fue entrevistado el consultor jurídico de Salud Pública, Luis Tolentino, para conocer los avances de los trabajos.
“El trabajo está en su fase final. Ya mañana hay una reunión inclusive para tratar los temas de operatividad. O sea, faltan detalles. Se han hecho pruebas ya tecnológicas para validar esos títulos en línea desde que sale de la universidad, pasa por MESCYT y llega a Salud Pública para la obtención del exequatur”, aseguró.
Estableció que habrá un proceso de validación tecnológica de los títulos universitarios a través de un código QR que permite a los usuarios determinar si una persona es doctor o no.
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