Quito (EFE). – El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, llegó este viernes a la ciudad de Guayaquil para visitar las instalaciones del canal TC Televisión, que el martes pasado fue asaltado por un comando fuertemente armado durante una transmisión en vivo y tomó por rehenes a los trabajadores del medio.
Noboa llegó a los estudios del medio televisivo que tras la incursión armada estuvo fuera del aire durante alrededor de un día después de los hechos enmarcados dentro de una jornada de terror atribuida a las bandas del crimen organizado que incluyó atentados con explosiones, el secuestro y asesinato de policías y motines carcelarios con cerca de 180 funcionarios retenidos.
La situación llevó a Noboa a declarar el “conflicto armado interno” a nivel nacional, una medida con la que catalogó a las mafias del crimen organizado como grupos terroristas, convertidos ahora en “objetivos militares a ser neutralizados” dentro de un clima de tensión y militarización de varios sectores de las ciudades del país.
Noboa hace presencia en el canal de televisión
El mandatario, que asumió el poder en noviembre pasado, saludó al personal del medio televisivo y a los integrantes de la redacción periodística antes de recorrer los estudios hasta los que llegaron los asaltantes encapuchados y armados.
Noboa observó los impactos de bala que han quedado en las puertas y paredes en el intento de los hombres armados por abrirse paso y apoderarse de las instalaciones del medio televisivo, situado en una concurrida zona de la portuaria ciudad de Guayaquil.
También pudo conversar con algunos de los periodistas y miembros del equipo técnico que se encontraban presentes en ese momento que ha quedado marcado para esa redacción.
El asalto se saldó sin víctimas mortales, después de una tensa negociación de varias horas con las fuerzas del orden hasta que los atacantes acabaron por entregarse a las autoridades, quienes detuvieron a trece de ellos, entre los que hay un hombre de nacionalidad venezolana y dos menores de 15 y 17 años.
Los once adultos pasaron a prisión provisional imputados por la Fiscalía por el delito de terrorismo, al igual que los dos menores, que quedaron recluidos en un centro de internamiento para menores.
La situación de las cárceles
Uno de los siete motines carcelarios que se registran de manera simultánea en Ecuador tras la ola de atentados e incidentes atribuidos al crimen organizado logró controlarse durante la madrugada de este viernes, con el saldo de un preso fallecido, mientras que en los otros seis permanecen 170 funcionarios tomados como rehenes.
Los incidentes en la cárcel de Machala, de la sureña provincia de El Oro, fronteriza con Perú, están “controlados gracias al trabajo conjunto con las Fuerzas Armadas”, apuntó este viernes el Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores (SNAI), la agencia penitenciaria del Estado.
A última hora del jueves, un grupo de reclusos de esta prisión arrojó el cuerpo sin vida de otro reo, y se adelantan las investigaciones pertinentes para determinar la causa del fallecimiento, indicó el SNAI.
Las Fuerzas Armadas continúa en los exteriores de la prisión de Machala para solventar cualquier problema que se pueda suscitar, indicó el SNAI.
De acuerdo a esa información, los motines persisten desde el martes en las cárceles de las sureñas ciudades de Loja, Azogues y Cuenca, las céntricas Latacunga y Ambato y la norteña Esmeraldas, fronterizas con Colombia.
En estas prisiones hay un total de 170 funcionarios retenidos por los presos, después de que en las últimas horas se lograra la liberación de ocho de ellos, a través de diversas gestiones donde incluso ha intervenido la Iglesia, como en el caso de Esmeraldas.
Entre el personal aún retenido hay 155 guardias carcelarios y 15 miembros del personal administrativo de las prisiones.
Ecuador, ante un auge de la violencia
La irrupción armada a las instalaciones de TC Televisión fue el episodio más mediático y traumático de la escalada de violencia vivida esta semana en Ecuador y atribuida a los grupos de la delincuencia organizada, dedicados principalmente al narcotráfico.
Los hechos se suscitaron cuando el Gobierno del presidente Daniel Noboa se disponía a poner en marcha su plan para recuperar el control de las cárceles ecuatorianas, muchas de ellas dominadas internamente por estos grupos delincuenciales, cuyas rivalidades han dejado más de 450 presos asesinados desde 2020 en una serie de masacres carcelarias.
Esa violencia también se ha trasladado a las calles hasta hacer de Ecuador uno de los países más violentos del mundo con 45 homicidios intencionales por cada 100.000 habitantes en 2023, y tras los episodios de esta semana el Gobierno ha declarado el “conflicto armado interno” y ha clasificado a estas bandas como grupos terroristas y objetivos militares.