Santo Domingo. – La periodista Altagracia Salazar cuestionó la ejecución de las ayudas gubernamentales anunciadas tras las lluvias provocadas por la tormenta Melissa, al señalar una marcada diferencia entre los RD$12 mil millones informados oficialmente y los RD$111 millones que, según datos recientes, habrían sido entregados a productores agropecuarios afectados.
Salazar recordó que el anuncio fue realizado el 5 de noviembre, acompañado de un amplio despliegue comunicacional, generando expectativas entre los sectores impactados. En ese momento —señaló— se explicó que los recursos podían provenir de partidas presupuestarias destinadas a desastres, lo que dio apariencia de viabilidad institucional.
La brecha entre lo anunciado y lo entregado
De acuerdo con informaciones publicadas en medios nacionales, el Ministerio de Agricultura distribuyó RD$111,874,992 entre poco más de dos mil productores. Para Salazar, la cifra contrasta de forma directa con los montos divulgados inicialmente.
La periodista recordó que también se informó sobre un gasto de alrededor de RD$5 mil millones en acciones como asfaltado, prevención de enfermedades y aportes a ayuntamientos. Aun así, subrayó que, bajo ese escenario, quedarían aproximadamente RD$7 mil millones sin explicación clara.
“¿Dónde están? No aparecen en los medios, no aparecen en los bolsillos de los agricultores y no aparecen en la realidad del campo”, planteó.
Testimonios desde las comunidades agrícolas
Salazar relató que estuvo recientemente en Nizao, donde conversó con productores que manifestaron sentirse estafados tras ser convocados a recibir compensaciones en San José de Ocoa. Según narró, algunos cheques entregados fueron por RD$800, RD$1,000 y hasta RD$3,600, pese a pérdidas considerables en cultivos.
Uno de los testimonios recogidos señala que un productor gastó más dinero en transporte y alimentación para retirar el cheque que lo que finalmente recibió como ayuda, situación que la periodista calificó como una falta de respeto.
Crítica a la gestión de las ayudas
En su análisis, Salazar cuestionó lo que considera una práctica recurrente de anunciar cifras elevadas que luego no se reflejan en la asistencia real a los afectados, particularmente a quienes trabajan la tierra y producen alimentos.
A su juicio, la diferencia entre los montos anunciados y los recursos efectivamente entregados no solo genera frustración, sino que profundiza la desconfianza en la gestión pública de situaciones de emergencia.
