Santiago de Chile (EFE). – El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, reconoció desde La Moneda, sede del Gobierno chileno, que el derrocado presidente Salvador Allende es el dirigente extranjero por quien siente mayor admiración y dijo que su muerte hace 50 años fue “un crimen horrendo”.
“El presidente chileno Salvador Allende, que todavía gobierna con su ejemplo, es el dirigente extranjero que más admiro, que más sentimientos me genera. Fue un humanista, un hombre bueno, víctima de canallas”, indicó López Obrador en una declaración junto al mandatario chileno, Gabriel Boric.
López Obrador aterrizó el sábado en Santiago procedente de Colombia para participar el lunes, junto a otros presidentes regionales, en los actos conmemorativos por el 50° aniversario del golpe de Estado liderado por el general Augusto Pinochet.
Es la primera vez que López Obrador visita Suramérica como mandatario, pues desde su llegada al poder solo ha tenido cinco viajes al extranjero: cuatro a Estados Unidos y una gira breve para visitar de manera oficial Guatemala, Honduras, El Salvador, Belice y Cuba.
El gobernante mexicano recordó que Allende fue “pacifista”, que rechazó la revolución armada, y sostuvo que “la traición de Pinochet fue abominable, una mancha que no se borra ni con toda el agua de los océanos”.
A finales de agosto pasado, cuando anunció su viaje a Chile, López Obrador causó polémica al contradecir la versión oficial del suicidio y asegurar que Allende fue “asesinado” por los golpistas el 11 de septiembre de 1973.
En La Moneda (sede de Gobierno), el gobernante mexicano evitó referirse directamente al asunto y se limitó a decir que la muerte de Allende “fue un crimen horrendo”.
Pese a la sentencia de la Corte Suprema chilena de 2014, que ratificó que Allende se suicidó pegándose un tiro en la cabeza y cerró la investigación sobre su muerte, algunos sectores de la izquierda latinoamericana siguen sosteniendo que fue asesinado por militares.
“Usted -le dijo López Obrador a Boric- es heredero de los ideales del presidente Salvador Allende, apóstol de la democracia en Chile y ejemplo de dignidad en el mundo”.
La conmemoración de los 50 años del golpe de Estado está generando gran polarización y crispación en Chile hasta el punto de que Boric, el primer mandatario que no había nacido para esa fecha, calificó la semana pasada el ambiente de “eléctrico”.
La derecha tradicional y la ultraderecha declinaron participar en los actos conmemorativos del lunes en La Moneda y firmar una declaración promovida por Boric a favor de la democracia.
El golpe dio inicio a una cruel dictadura de 17 años que dejó un saldo de más de 40.000 víctimas, entre ellas al menos 3.200 opositores asesinados.