Alejandro Sanz y Rachel Valdés han roto su relación sentimental tras cuatro años juntos. La pareja, que convivía desde 2020 en Madrid, parece no haber superado sus desavenencias y finalmente la pintora ha abandonado la vivienda del cantante, una separación que podría estar detrás del bache anímico que el propio Sanz ha confesado estar atravesando.
La noticia de la ruptura, adelantada por LOC, se produce tras varias crisis y conflictos entre Alejandro y su novia. Según han desvelado al citado medio fuentes cercanas a Valdés, pocos días antes de que el cantante publicara su preocupante mensaje en redes, la artista recogió sus pertenencias y abandonó la casa en la que convivía con él en la urbanización madrileña de Somosaguas.
Según esa información, fue Alejandro quien tomó la decisión de romper definitivamente tras “numerosas desavenencias y desencuentros”, un duro golpe que se ha sumado al agotamiento del cantautor tras su intensa gira por América y que podría explicar su bajón emocional.
Una relación cargada de altibajos
En 2019, Alejandro Sanz rompía su matrimonio con la madre de sus hijos, Raquel Perera, tras 14 años de relación. El motivo de aquella separación tenía nombre y apellidos: una joven llamada Rachel Valdés había llegado a la vida del artista.
Para esta nueva etapa de su vida, el cantante de Corazón partío decidió regresar a España y abandonar su residencia de Miami para vivir con su nueva pareja, una decisión que la ex de Alejandro apoyó trasladándose a vivir a Madrid para que el compositor pudiera estar más cerca de sus hijos.
Alejandro y Rachel se instalaron en un chalet de la exclusiva urbanización La Finca, donde convivieron hasta el pasado mes de febrero, cuando decidieron mudarse a una propiedad más grande en Somosaguas. La nueva finca en la que han convivido hasta su ruptura tiene 2.000 metros cuadrados y cuenta con gimnasio, piscina y un extenso jardín. Además, tanto él como ella contaban con su propio estudio para poder desarrollar sus respectivas actividades profesionales.
Rachel Valdés es una artista plástica 20 años menor que el cantante. Se graduó en pintura por la Academia de Bellas Artes de su ciudad natal, La Habana. Posteriormente, se trasladó a Barcelona para continuar con su formación y allí residió durante cinco años. En la Ciudad Condal cuenta con un apartamento y un estrecho círculo de amigos que podría ser su mayor apoyo en este complicado momento personal. De hecho, desde ese mismo entorno se desliza a LOC que si finalmente esta separación es definitiva, lo más probable es que la pintora regrese a Barcelona para estar cerca de los suyos.
Al igual que el cantante, Rachel también estuvo casada anteriormente. Fruto de ese matrimonio con un desconocido abogado, la artista tuvo un hijo que ahora tiene ocho años.
Fuente: INFOBAE