SANTO DOMINGO.- Para el expresidente Leonel Fernández, Donald Trump no supo manejar la crisis desatada por el covid y está saliendo muy mal del poder, debido sobre todo a que últimamente instigó a una turba para que asaltara el Capitolio y provocara violencia. Estos incidentes fueron “repulsivos”, pues “con semejante comportamiento se ha puesto en riesgo la legitimidad del propio sistema democrático de los Estados Unidos”.
“Al ser el principal provocador de esas acciones, Donald Trump ha escrito el epitafio de lo que podría ser su tumba política”, expresa Fernández en su artículo “El legado de Trump”, publicado hoy en el Listín Diario.
Allí escribe que Trump incrementó su apoyo electoral, obteniendo 12 millones de votos más que en 2016, y que pudo haberse erigido en el líder del Partido Republicano para poder repostularse en 2024.
Sin embargo, ahora todo eso se derrumbó y “la razón se debe, esencialmente, a un hecho: la personalidad o temperamento del propio Donald Trump”.
Fernández subraya y vitupera la volátil personalidad del presidente estadounidense. En efecto, destaca sus desvaríos políticos: primero, en 1987, se hizo miembro del Partido Republicano; después, ingresó a un desconocido Partido Reformista; más adelante se enroló en el Partido Demócrata, y en 2009 volvió al Republicano. No fue todo: en 2011 se hizo independiente y, al año siguiente, regresó por segunda vez al Partido Republicano.
Trump sobresalió como un poderoso hombre de negocios y construyó un imperio financiero y comercial. A la par, se convirtió en una celebridad mediática participando en programas y shows de televisión, y publicando una inmensidad de libros que no eran escritos por él. De esta manera hizo su propio espectáculo en la agitada sociedad estadounidense.
Veamos lo que dice Fernández: “Trump se califica a sí mismo de genio estable. Sin embargo, lo que se aprecia de él es que se trata de una figura extravagante, pintoresca y narcisista, con unos inocultables aires de superioridad. En fin, una personalidad compleja, cuya meta ha sido la riqueza, la fama y el poder”.
Y continúa así: “En el ámbito de la política, Donald Trump nunca ha sido estable. Su enemigo fundamental fue COVID-19. Conociendo su verdadera magnitud, no la supo gerenciar. Al término de su mandato, Estados Unidos es el país con mayor número de contagiados y de fallecidos en el mundo”.
“Su obstinación en conducir a extremos su alegato de fraude y en no aceptar el triunfo de Joe Biden, como correspondía, lo convierten en una sombra del pasado, o en el mejor de los casos, en una pieza de museo”, concluye.-