Los centros de votación empezaron a cerrar en la Costa Este la noche del martes mientras el presidente Donald Trump y el demócrata Joe Biden concluían una épica campaña marcada por el resentimiento y el miedo, y que influirá en la manera como el país se enfrenta a una pandemia y a interrogantes básicas sobre la economía y la justicia racial.
La noche comenzó con triunfos predecibles para ambos candidatos. Trump ganó Alabama, Mississippi y Oklahoma, mientras que Biden registró triunfos en Massachusetts, su estado de residencia Delaware y Virginia, que solía no tener clara preferencia política y que se ha convertido en bastión demócrata.
Los resultados eran todavía prematuros para declarar ganadores en una apretada contienda tanto en Florida como en Georgia, ambos sin una preferencia partidista definida.
Los triunfos comienzan a definir el final de una campaña que resultó transformada por el coronavirus y marcada por las controversias. Ambos candidatos declararon que su rival no era apto para encabezar a una nación que se enfrenta al COVID-19, una enfermedad que ha cobrado la vida de más de 230.000 estadounidenses, ha costado millones de empleos y ha rescrito las normas de la vida diaria.