Casi una treintena de partidos opositores suscribieron la semana pasada un pacto para no participar en el «fraude» del 6-D y para consensuar una respuesta común al plan gubernamental.
La revolución bolivariana ha dado un paso más en su estrategia para las elecciones parlamentarias «perfectas» de diciembre. Un grupo de paramilitares armados han irrumpido por la fuerza en la sede principal de Acción Democrática (AD) en Caracas y han tomado las instalaciones tras golpear a una persona que se encontraba en su interior. La misma suerte ha corrido otra sede del partido socialdemócrata en la capital venezolana.
«Nuestras sedes asaltadas por bandas de alacranes fuertemente armados, apoyados por funcionarios uniformados de las FAES (Fuerzas Especiales de la Policía) y colectivos motorizados del régimen», denunció Henry Ramos Allup, secretario general de AD, aliado del PSOE en la Internacional Socialista. Las FAES son las «brigadas de exterminio» del chavismo, según Naciones Unidas, y los colectivos conforman el ejército de paramilitares al servicio de la revolución.
La toma de las sedes de AD sucede casi dos meses después de que el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la revolución dictaminara la intervención del partido adeco, tanto de sus siglas como de sus sedes. Nicolás Maduro pretende que la junta directiva fraudulenta impuesta por su tribunal se presente a las parlamentarias del 6-D con su candidatura propia, con el objetivo imposible de aparentar ante el país y ante el mundo que se trata de unas elecciones legales.
La misma suerte corrieron entonces la centrista Primera Justicia (PJ) y Voluntad Popular, el partido del presidente encargado, Juan Guaidó, y Leopoldo López, líder opositor refugiado en la embajada de España en Caracas.
«Sepan que a AD no la dominarán ni con plumazos ni con cheques ni con intimidación. Es un sentimiento lo que motiva el compromiso de nuestra dirigencia y militancia, que no se arrodillará ni será parte de un fraude», protestó Allup a través de sus redes sociales. Casi una treintena de partidos opositores suscribieron la semana pasada un pacto para no participar en el «fraude» del 6-D y para consensuar una respuesta común al plan gubernamental.
«Sigan pensando que con un sainete electoral que nadie reconocerá ganarán algo. Sigan pensando que comprando alacranes lograrán neutralizar a la comprometida militancia de todos los partidos democráticos», añadió Allup, en referencia a la compra de diputados puesta en marcha el año pasado por el empresario colombiano Alex Saab, preso hoy en Cabo Verde en espera de su extradición a EEUU. El testaferro de Maduro y principal blanqueador financiero del chavismo, según el Gobierno colombiano, logró conformar su pequeño grupo de diputados, dispuestos a encabezar la operación bolivariana.
«Bienvenidos a la Casa del Pueblo», es el mensaje que recibe a los visitantes de la sede socialdemócrata en La Florida, tomada a esa hora por hombres de negro dispuestos a entregársela al hombre nombrado por el TSJ, Bernabé Gutiérrez, expulsado del partido hace semanas.
«Atentos todos, que probablemente sigan con los demás partidos secuestrados», advirtió el diputado Freddy Guevara, ex vicepresidente del Parlamento democrático, refugiado desde 2017 en la Embajada de Chile en Caracas.
Vía: elmundo.es