SANTO DOMINGO.- Con 34 años de servicio ininterrumpido en la República Dominicana, habiéndose convertido en un parámetro internacional en el sector de gimnasios, dos sucursales del Club Body Shop dejarán de operar, tras haber agotado todos los recursos para tratar de paliar los efectos económicos de la aguda crisis que ha dejado el coronavirus.
Así lo informó el ingeniero, Anthony Bernal, quien “con mucho pesar y tras ingentes esfuerzos humanos y económicos” decidió este lunes clausurar el club de Arroyo Hondo, en el Distrito Nacional, así como el de Punta Cana, que en conjunto contaba con 149 personas que ahora quedarán sin empleo.
“Nos hemos endeudado hasta no decir más”, dijo Bernal acongojado, explicando que durante los cuatro meses de cuarentena que estuvieron cerrados, en marzo pagaron la quincena completa a sus empleados y las demás les fueron completadas hasta en un 70%, luego de registrar la nómina en el programa de ayuda económica FASE.
Bernal añadió que inclusive pagó a su personal la bonificación correspondiente al año anterior, 2019, buscando un préstamo bancario.
“La mejor respuesta a cualquier gente que diga que los despidos son injustos o lo que sea, que le pregunten su opinión a cualquiera de los empleados (…) ¿tú sabes lo que es tú despedir a una persona y que lo que haga sea que te agradezca por los años trabajados en el Body”, dijo Bernal.
Asimismo, explicó que el primer año de su apertura, en noviembre de 2018, el Club de Punta Cana dejó una pérdida de 60 millones de pesos y que en 2020 ya iba por otros 60 más. En cuanto al local de Arroyo Hondo, afirmó que apenas se mantenía para cubrir los gastos, dejando una ganancia anual de 3 millones de pesos.
“Y ahora después de esto ¿qué va a pasar?, en rojo”, se autorespondió el ingeniero, agregando que finalmente decidieron clausurar las unidades más críticas para que no llegue un momento en que deban cerrarlo todo y se desaparezca la empresa.
Bernal reiteró que para reabrir sus operaciones se han comunicado con las altas esferas del poder, llegando a hablar incluso con la vicepresidente electa, Raquel Peña y amigos de Luis Abinader, para que al menos vayan auditando e inspeccionando los gimnasios que están cumpliendo con las medidas sanitarias requeridas.
“Pero ellos todavía no están en posesión”, concluyó Bernal.
Cátedra en protocolo sanitario
Desde que inició el estado de emergencia el pasado 19 de marzo, el Body Shop empezó a preparar estrictos protocolos de control de entrada, salud e higienización, que implementaron a cabalidad en la reapertura el 8 de julio, que apenas duró una semana hasta que el Gobierno volvió a declarar el estado de emergencia.
El plan de salud e higienización establecía la medición de temperatura y desinfección de calzado a la entrada de los clubes, y el uso obligatorio de mascarillas durante toda la permanencia de colaboradores y socios. Además, los clubes estaban provistos de lámparas de luz ultravioleta para la desinfección automática de lectores de huella.
Los amplios espacios de las sedes Naco, Bella Vista, Arroyo Hondo, Santiago y Punta Cana fueron reorganizados para respetar el distanciamiento físico, y mantener al menos 2.5 metros de distancia.
De igual modo todos los socios del club disponían de kits de desinfección de uso personal para la higiene de los equipos, antes y después del entrenamiento, a la par con un protocolo de limpieza exhaustivo y estricto, con cierres programados de higienización profunda dos veces al día.
¿Qué pasará con los demás clubes?
En Naco, Bernal explicó que se habilitó un “estudio outdoor”, disponiendo de un área de estacionamiento para entrenamiento al aire libre, mientras que en Bella Vista se colocó una carpa en la cancha deportiva para poder impartir todas las clases allí.
Ante la posibilidad de que con el cierre de Arroyo Hondo se aglomeren más personas en los clubes restantes de la capital, Bernal opinó que ya comprobaron que la asistencia será muy limitada, puesto que la gente sigue en pánico con la pandemia.