Santo Domingo. – Luis Andrés Mella Miller despertó en una cama de hospital casi un mes después para enterarse que había perdido a su esposa, Eileen Méndez en una explosión por una mala instalación en el apartamento recién adquirido en las costas de Punta Cana, República Dominicana.
Lo que parecía ser un sueño hecho realidad, el vivir frente a la playa y poder tener un techo en el cual vacacionar, razón por la que viajaron a República Dominicana desde Estados Unidos, país donde residía la pareja, se convirtió en una desgarradora tragedia debido una explosión ocurrida la noche del pasado 26 de julio.
“Lo último que recuerdo es que me fui a dormir con mi esposa y ya”, manifestó entre lágrimas Luis Andrés Mella Miller.
Según lo narrado por Luis Andrés, durante una entrevista realizada por el noticiero vespertino de Telemundo, Luis Mella indicó que tras su llegada al país, el primer día de su estadía en su nuevo hogar fue bastante tranquilo y todo parecía estar en orden. No es hasta su segundo y último día en el apartamento antes de volar de vuelta a los Estados Unidos, cuando la vida les cambió para siempre.
“Esa noche yo salgo a buscar cena, vuelvo, miramos una serie y nos acostamos… como alrededor de las una de la mañana pasa la explosión”, narró el sobreviviente, explicando también, que la detonación fue producto de un escape de gas, como resultado de una instalación mal hecha.
Mella Miller aseguró haber quedado consciente tras el acontecimiento, confesando a su vez, que debido a la adrenalina del momento, a pesar de tener el 72% de su cuerpo quemado, no sentía dolor, pues en lo único que podía pensar era en sacar de ahí a su hijo de apenas un año que también les acompañaba en el viaje. “Yo protegí a mi hijo en el momento de la explosión, no sé cómo decirles… fue como una intuición o algo…”, relató el padre.
Mella nunca pudo despedirse de su su esposa porque despertó un mes después del fallecimiento de Eileen, dolor que le acompañará durante toda la vida.
“Esta es la parte más dolorosa, porque ella murió un 18 de agosto y yo desperté un seis o siete de septiembre… y lo más doloroso fue eso, que yo no tuve ni siquiera la oportunidad de enterrar a mi esposa o decirle adiós”, confesó con la voz quebrada.