AFP. – «Bidenomics» es el término acuñado para describir la política económica de Joe Biden, que busca reconstruir la economía desde abajo hacia arriba, enfocándose en sostener la demanda de las clases media y baja.
«Bidenomics» es el término con el que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, espera convencer a los electores de que su política económica tuvo éxito, de camino a las elecciones presidenciales del año próximo.
Este miércoles en Chicago, el mandatario dio un discurso en el que afirmó que sus reformas deben «restaurar el sueño americano» con un «crecimiento que beneficie a todos».
El mandatario definió así tres ejes fundamentales de su política económica: «inversiones inteligentes, fortalecer la clase media mediante la educación, ayudar a las pequeñas empresas» para reforzar la competencia.
La estrategia de Biden, que busca la reelección, de poner a la economía en el centro de su campaña, encierra riesgos, en un momento en que la mayor economía mundial aún no escapa a la recesión, en un contexto de altas tasas de interés.
«Joe Biden y el Congreso demócrata crearon la inflación más fuerte en décadas. (…) La inflación y las altas tasas de interés que Biden creó, provocaron una crisis bancaria, un desastre de proporciones históricas», enfatizó Trump en un comunicado en reacción a los dichos de su oponente en las últimas presidenciales.
Biden vs Reagan
El término «Bidenomics» es una referencia directa al «Reaganomics», el programa económico de Ronald Reagan en los años 1980, pero con una lógica distinta.
Reagan aplicó reformas liberales, con recortes de impuestos y austeridad fiscal.
Biden, en tanto, apunta a una «reconstrucción» de la economía «de abajo hacia arriba», lo cual significa sostener la demanda de las clases media y baja en lugar de apostar a que los empresarios y grandes fortunas sostengan la recuperación.
Cientos de miles de millones
Al acuñar el término «Bidenomics», los consejeros de Biden esperan destacar logros del gobierno del presidente demócrata quien, a los 80 años, buscará su reelección a pesar de una cota de popularidad bastante baja.
Se trata de promover las iniciativas lanzadas durante los dos primeros años del actual gobierno, antes de que Biden perdiera el control de la Cámara de Representantes.
Primero estuvo el «American Rescue Plan», un colosal paquete de 1.9 billones de dólares votado poco después de la investidura del demócrata para ayudar a la economía golpeada por la pandemia.
Luego vino un programa de obras de infraestructura: puentes, autopistas, redes de internet… Total: 550,000 millones de dólares.
La «Inflation Reduction Act», o ley de reducción de la inflación, es un programa de 430,000 millones de dólares destinado a acelerar la transición energética pero, sobre todo, a fomentar los productos «Made in America». También rebaja algunos gastos de las familias en salud.
La «CHIPS Act» es la última iniciativa de la lista, que por 280,000 millones de dólares en 10 años apunta a fomentar la instalación en Estados Unidos de usinas tecnológicas de punta.
Reactivación
«La estrategia del presidente alentó la mayor reactivación de todas las grandes economías del mundo»: tal es el mensaje que lanza la Casa Blanca en un memorándum reciente.
El FMI espera que Estados Unidos crezca 1.6% este año, el doble que la Zona Euro.
El desempleo volvió a caer a sus niveles prepandemia, por debajo del 4%. El dato de la Casa Blanca es que 14 millones de puestos fueron creados durante el mandato de Biden.
Pero, según un sondeo de CBS News/YouGov de inicios de junio, 63% de la población estima que la economía va mal o muy mal.
Estrategia de riesgo
Apostar a la economía y el empleo tiene sus riesgos.
Estados Unidos, luego de una fuerte reactivación tras la pandemia de coronavirus, no está a salvo de una recesión, que podría resultar un boomerang para Biden.
El contexto de altas tasas de interés para combatir la inflación es un freno buscado a la demanda. La inflación se modera progresivamente, pero las tasas, según la Reserva Federal, podrían seguir subiendo.
Según un sondeo del Pew Research Center, el costo de vida es la principal preocupación de los estadounidenses.