La coronación de Camilla Parker Bowles como reina británica marca el final de un largo y accidentado viaje desde los márgenes del palacio hasta el centro de atención real. La mujer, de 75 años, estará al lado de su esposo, el rey Carlos III, cuando sea coronado el próximo 6 de mayo en una ceremonia que, originalmente, hubiera protagonizado la fallecida princesa Diana.
En la turbulenta década de 1990, Camilla fue despreciada por la opinión pública como «la otra mujer» en el matrimonio de Carlos con su primera esposa, Lady Diana Spencer, y la culpable de la tragedia sucesiva. La princesa de Gales la apodó el «Rottweiler» y en una controvertida entrevista en 1995 impactó al mundo revelando que eran «tres personas» en su matrimonio.
Pero poco a poco se ganó la aceptación, si no la adulación, por su firme apoyo a su esposo y una dedicación poco llamativa a las buenas causas. Aunque los índices de popularidad de Camilla siguen siendo más bajos que los de la mayoría de los otros miembros de la realeza, el público británico la ve cada vez más como una figura cálida y con los pies en la tierra.
Pero desde que salió de las sombras en 2005, la favorita, que va camino a convertirse en la mujer más longeva que se corona reina, se dejó conducir por un grupo de relacionistas públicos que la transformaron de villana de la historia a heroína. El príncipe Harry, incluso, llegó a calificarla de «peligrosa» y la acusó de filtrar a la prensa información para desprestigiar a la familia real y, de esta forma, aumentar su propia popularidad.
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«Camilla era todo lo que Diana no era»
El cronista de la realeza Richard Fitzwilliams dijo que casi tres décadas después de la separación y el divorcio los británicos tienen ahora «una visión benigna» de Camilla. La pareja real estaba «muy, muy bien equipada», siendo de una edad similar y con un «sentido del humor similar, amigos similares», dijo. «Ella era todo lo que Diana no era, por supuesto, pero creo que lo que se transmitió es que ella es un gran apoyo de una manera bastante tranquila».
Desde la muerte de la madre de Carlos, la reina Isabel II, el año pasado, las causas que Camilla apoyó durante años han recibido una plataforma mucho más grande. Actualmente la reina es patrocinadora o benefactora de decenas de organizaciones de alfabetización, habla en apoyo de las víctimas de la violencia doméstica y abuso sexual, y es protectora de muchas organizaciones de bienestar animal. Además, hizo varias apariciones en televisión y radio, hablando de la lucha de su madre contra la osteoporosis y de su amor por la jardinería y la cría de caballos.
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«Hizo un gran trabajo (pero) es difícil saber cuánto de eso llegó al público», dijo Fitzwilliams. «Ha tenido un perfil muy bajo en el Reino Unido en las últimas décadas. Ahora tiene un momento para llamar más la atención», dijo el exembajador del Reino Unido en Francia, Peter Ricketts. Pero Camilla demostró ser «mujer fuerte» y «una persona muy cálida» que «cree apasionadamente en sus convicciones caritativas», agregó.
La mejora de la prensa de Camilla fue en gran medida un reflejo de «la persona genuina» en lugar de una supuesta operación palaciega destinada a hacerla más aceptable para el público como la reina de Carlos, dijo. El sello real de aprobación para Camilla llegó el año pasado cuando Isabel II dijo que era su «deseo sincero» que Camilla fuera conocida como reina después de su muerte.
Crianza tradicional, familia burguesa y cercana a la realeza: quién es Camilla Parker Bowles
Miembro de la alta burguesía inglesa pero plebeya, divorciada y madre de dos hijos adultos, Camilla Shand nació el 17 de julio de 1947. Hija del alcalde Bruce Shand y de Rosemary Cubitt, ricos terratenientes, educada en las mejores escuelas privadas, primero en Londres, después en Francia y Suiza, Camilla se movía en los mismos círculos sociales que Carlos.
Su familia incluso tenía lazos con la familia real. Segura de sí misma y atractiva, conoció al Príncipe Carlos cuando era joven en un partido de polo a principios de la década de 1970. Ella fue fotografiada plantándose ante Carlos y diciéndole: «¿Sabías que mi bisabuela, Alice Keppel, fue la amante de tu tatarabuelo, Eduardo VII? Siento que tenemos algo en común».
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Se cree que el amor fue a primera vista. Pero poco después de conocerse, Carlos entró en la Royal Navy y ella, cansada de esperar, se casó con uno de sus admiradores, el oficial del ejército británico Andrew Parker Bowles. Tras el nacimiento de dos hijos (Tom y Laura), Camilla volvió a los brazos de Carlos mientras Andrew, conocedor de la historia, guardó un caballeroso silencio.
La princesa Diana, que comprendió que Camilla era el gran amor de la vida de Carlos desde el mismo día de su boda en 1981, harta de la situación reconoció en una escandalosa entrevista en 1995 que el suyo era «un matrimonio de tres». Cuando el matrimonio real se derrumbó, Carlos y Camila reavivaron su relación. Camilla y Andrew se divorciaron en 1995, un año antes que Carlos y Diana.
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La «Operación Ritz» y la relación de Camilla con Isabel II
Después de que la princesa Diana muriera trágicamente en 1997, cuando la monarquía británica estuvo en el punto más bajo de su popularidad, el surgimiento de Camilla como pareja del príncipe Carlos formó parte de una campaña de relaciones públicas cuidadosamente planificada dirigida por el experto Mark Bolland, que tuvo éxito.
La primera aparición pública de Carlos y Camilla como pareja fue cuidadosamente organizada en las puertas del Hotel Ritz en Londres en 1999, en la denominada «Operación Ritz«. La culminación del romance, que fue resistido por la familia real y la opinión pública, fue un matrimonio civil en el Guildhall de Windsor el 9 de abril de 2005.
«La reina se dio cuenta de que Carlos necesitaba a alguien y la duquesa es maravillosa con él y él está muy feliz, y la reina debe estar muy feliz por esto», dijo la aristócrata cercana a la familia real Lady Anne Glenconner. Pero el camino fue difícil.
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«Después de la muerte de Diana, la reina sabía cuán altos eran los sentimientos hacia Camilla. Sabían que tenían que deshacerse de la etiqueta de ‘amante’. Pero todo fue cuestión de tiempo», dijo el exsecretario de prensa de la reina, Dickie Arbiter.
La biógrafa real Penny Junor describió cómo la opinión de Isabel II sobre la Camilla se mantuvo sin cambios después de la muerte de Diana, un punto de inflexión importante en el largo reinado. La autora asegura que la actitud de la reina hacia Camilla no se basaba en una aversión personal: «La reina había querido que [Camilla] desapareciera antes de la muerte de Diana y no cambió de opinión después de eso».
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«Creo que la reina estaba muy angustiada porque Camilla era la que estaba socavando el matrimonio de los Gales», dijo el experto real Clive Irving. «No era nada personal, pero era Camilla quien había sido responsable, conscientemente o no, de todos los desastres que habían sobrevenido», coincide Junor.
En 2016, dos columnistas del Daily Mail, Richard Kay y Geoffrey Levy, escribieron un artículo que describía cómo Isabel renegó de la relación y luego se encariñó increíblemente con Camilla: «La reina la consideraba como una adúltera que había llevado a su hijo por mal camino».
«Carlos dejó perfectamente en claro a cualquiera que quisiera escuchar que Camilla era una parte no negociable de su vida. La postura de la reina era la de monarca, no de madre, y ahí estaba el problema», explicó Penny Junor. «Su hijo necesitaba urgentemente apoyo y esta mujer se lo había dado. Ella lo había rescatado de las profundidades de la depresión, le había mostrado el amor y el consuelo, la aprobación, la ternura que tan lamentablemente habían estado ausente en cualquier otro lugar».
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Después de que Diana muriera en un accidente automovilístico en París en 1997, la pareja hizo su primera aparición pública junta en 1999. Se casaron el 9 de abril de 2005, en una ceremonia civil en Windsor y desde entonces ella (titulada duquesa de Cornualles porque no quiso usar el título de princesa de Gales) fue ampliamente aceptada por la familia real, incluido el hijo mayor de Carlos y Diana, el príncipe Guillermo.
En su reveladora biografía «Spare», publicada en enero, el príncipe Harry reveló que él y Guillermo le rogaron a su padre que no se casara con su ex amante. Al final, sin embargo, dijo, «la saludaron con la mano (y) le desearon lo mejor». «Reconocimos que finalmente iba a estar con la mujer que amaba, la mujer que siempre había amado», escribió.
Fuente: Perfil.com
