Como un «acoso» calificó Mallely Beltré el cierre de su negocio Tasty Diks por parte del Instituto Nacional de Protección del Consumidor (Pro Consumidor), que dispuso la suspensión de la comercialización de sus waffles en forma de pene y vulva porque «permitía la entrada de menores en su negocio».
En una entrevista que le concedió a Diario Libre, Beltré admitió la entrada de menores en compañía de sus padres, sin embargo, aseguró que estos no consumieron los postres en forma de genitales.
“Tengo un establecimiento que sí autorizamos la entrada de menores cuando están con sus padres. Porque hay personas que vienen con los niños y pueden entrar y hacer su compra, pero los menores nunca consumen penes y vaginas, le vendemos corazones a los menores. Tenían acceso porque cada padre tiene la responsabilidad o la forma de educar a sus hijos con cierta libertad”, explicó.
Manifestó que desde la apertura de su negocio, se ha sentido acosada por las autoridades. Relató que durante estas dos últimas semanas, policías, militares e inspectores de Pro Consumidor merodeaban el establecimiento.
“Me siento acosada. Pro Consumidor vino como dos o tres veces, siempre pasaban militares, policías que nunca habíamos visto antes, miraban hacia dentro, un acoso”.
En la resolución 293-2022, Pro Consumidor establece que recibió una denuncia de la Dirección Central de Policía de Turismo (Politur) respecto a la calidad, inocuidad e higiene de las instalaciones de Tasty Diks. En una inspección realizada el pasado miércoles, la entidad dijo que comprobó “la venta de productos en forma de partes íntimas del cuerpo y la entrada de menores de edad en compañía de un adulto».
“Me siento triste, vine de fuera a triunfar en el país y me doy cuenta que aquí les complican las cosas a las personas que quieren triunfar haciendo algo diferente, me siento decepcionada de mi país”, prosiguió Beltré. La joven de 37 años, residió por 28 años en Montreal, Canadá, regresó al país hace seis meses y vio en los postres en forma de genitales una oportunidad de negocio en una zona turística como la Ciudad Colonial.
La propietaria de Tasty Diks dijo que tras la primera visita de Pro Consumidor, prohibió a sus empleados la entrada de menores, aunque estén con sus padres, pero se le olvidó retirar el afiche que permitía el acceso con la anuencia del adulto.
En tanto, que la resolución de Pro Consumidor establece que de comprobarse los hechos penales, iniciaría un proceso administrativo para sancionar el negocio por violar la ley 358-05 en perjuicio de la población consumidora nacional.