El exdirector de Comunicaciones de la Presidencia, Roberto Rodríguez Marchena, calificó este jueves como un disparate y una temeridad, el hecho de que el Gobierno dominicano construya estrategias comunicacionales y acciones desde la perspectiva de una posible amenaza haitiana, alegando que eso es es asumir una estrategia conformacional con el país vecino.
El exfuncionario dijo, por medio de una secuencia de mensajes en su cuenta de Twitter, que hay que cuidar el relato diplomático hacia los pueblos dominicano y haitiano.
Expresó que no se puede partir de que República Dominicana está en peligro para formular la política hacia Haití, sino de como podría ser útil nuestro país y sus instituciones a la pacificación y mejora de las condiciones de vida y de negocios de los haitianos.
“Para República Dominicana de lo que debería tratarse es de ayudar dentro de una acción de la comunidad internacional y prestar su colaboración para que el gobierno y pueblo haitianos puedan encontrar el camino de la pacificación”, explicó Marchena en uno de sus tuitts.
Marchena destacó que el pueblo haitiano, empresas, instituciones, y familias, debe ser el centro de la preocupación del pueblo dominicano ya que está siendo víctima de bandas y grupos paramilitares, gobierno e institucionalidad débiles.
“Por supuesto que, como parte de las acciones que se derivan, la República Dominicana tomará las precauciones, como al parecer se están tomando en la frontera, para evitar ser indiferente y descuidado ante posibles éxodos, de agravarse la conflictividad en Haití”, acotó.
Culminó diciendo que se debe gestionar correctamente la presión migratoria y proteger a personas, instituciones y propiedades dominicanas.
Sus declaraciones surgen luego de ciertos acontecimientos que preocupan a toda la nación, como fue el caso de unas declaraciones del canciller haitiano, Claude Joseph, minutos después de que el presidente Abinader pidiera, a través de la misma red social, que la comunidad internacional actúe “con urgencia” en Haití.
Haití atraviesa una fuerte inestabilidad desde el asesinato del presidente Jovenel Moise, el pasado 7 de julio, una crisis que se ha visto agravada en las últimas semanas por la inseguridad causada por las bandas armadas.
Vía: RC