El hombre detenido por las autoridades estadounidenses y acusado por la Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés), Enrique Figueroa, además de acuchillar a su hermana hace un tiempo, estuvo recluido varios meses en un hospital psiquiátrico en Nueva York.
El dominicano hizo amenazas al presidente de la República, Luis Abinader, a través de varios videos que fueron publicados en su cuenta de Instagram y se viralizaron. El criollo fue detenido, además, tras haber agredido a varios activistas y dirigentes Marcha Verde y el movimiento Acción Rápida en los que tuvo participación.
El hombre, amenazó mediante videos publicados en el internet con secuestrar, herir y matar al presidente Abinader, antes de la llegada de los funcionarios para los procedimientos de las Naciones Unidas de esta semana, fue retenido sin fianza el lunes por ser un peligro para la comunidad.
Figueroa, de 47 años, fue acusado en una denuncia penal en un tribunal federal de Manhattan por hacer amenazas interestatales y contra un funcionario extranjero. Fue arrestado el domingo después de que las fuerzas del orden lo invitaran a reunirse con ellos en una comisaría policial.
El fiscal federal adjunto Alexander Li dijo que Figueroa hizo amenazas en línea en agosto y septiembre antes y después de ser entrevistado por las autoridades policiales, quienes lo dejaron en libertad dos veces y le advirtieron sobre las amenazas solo para que continuaran.
Li aseguró que la hermana de Figueroa obtuvo una orden en contra de su hermano luego que la apuñalara e intentara estrangularla.
También lo describió como un creyente en la teoría de la conspiración QAnon, que sugiere que el ex presidente Donald Trump estaba luchando en una campaña secreta contra una camarilla de profundos enemigos estatales que adoraban a Satanás, demócratas prominentes y élites de Hollywood que operaban una red de tráfico sexual de niños.
Durante un procedimiento en la corte federal de Manhattan, Li le dijo al juez de primera instancia James L. Cott que Figueroa era “un peligro inminente” para Abinader después de varias publicaciones en Internet “muy preocupantes”, incluida la distribución de una fotografía de la caravana de Abinader el sábado y sugiriendo que tal vez no pudiera llegar a casa.