En entrevista con el diario estadounidense The Washington Post, Claude Joseph anunció que dejará su cargo como primer ministro de Haití. Joseph dijo que dará un paso al costado «por el bien de la nación».
Desde el magnicidio del presidente Jovenel Moïse, Joseph había asumido el liderazgo del país, desatando una crisis interna entre la clase política haitiana.
«Todos los que me conocen saben que no estoy interesado en esta batalla, ni en ningún tipo de toma de poder», dijo Joseph al Post.
De otro lado, según le confirmaron fuentes gubernamentales a la agencia AFP, Haití tendrá nuevo gobierno con Ariel Henry en la cabeza.
¿Quiénes están en medio de la disputa?
En Haití hay tres políticos que elevaron su voz para asumir las riendas del país cuando mataron al presidente Moïse: Claude Joseph, Ariel Henry y Joseph Lambert.
En Haití, la Constitución prevé que el primer ministro actúe como presidente interino si el jefe de Estado no puede ocupar su cargo, pero Moïse había designado dos días antes de su muerte a un nuevo jefe de gobierno, Ariel Henry. Sin embargo, Henry no llegó a posesionarse en el cargo.
Este nombramiento, publicado en el Diario Oficial, llevó a algunos observadores a cuestionar la legitimidad de Claude Joseph, quien durante estas últimos días ha sido la figura más visible del gobierno haitiano.
No obstante, en ese contexto, ocho de los diez senadores aún en funciones firmaron el viernes una resolución ofreciendo al presidente del Senado, Joseph Lambert, el cargo de presidente provisional de la República, acentuando aún más la crisis.
Poderes Legislativo y Judicial también están en crisis
Los poderes Legislativos y Judicial también están debilitados tras el magnicidio.
Moïse no organizó nuevas elecciones parlamentarias desde que llegó al poder en 2017 y los mandatos de los parlamentarios haitianos expriraron sin que se haya designado sucesores.
Por lo tanto, Haití solo tiene, desde enero de 2020 y el final del mandato de los diputados y la mayoría de los senadores, diez representantes nacionales electos, es decir, un tercio del Senado.
El Poder Judicial no está mucho mejor: el gobierno de Moïse no propuso reemplazos para los miembros del Consejo Superior de la Judicatura cuyo mandato de tres años estaba llegando a su fin, por lo cual el organismo ha sido casi desmantelado y sin presidente, fallecido por covid-19 en junio.
«En cuanto a la Constitución, no hay posibilidad de encontrar una solución (a la actual crisis política) porque Moïse y su equipo se habían encargado de desmantelar todas las instituciones. Si observamos el Parlamento o el Poder Judicial, no hay nada», dijo en su momento Marie Rosy Auguste Ducena, abogada de la Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos.
REDACCIÓN INTERNACIONAL