Por: Yanessi Espinal
Mientras estuvieron en la oposición, Luis Abinader y el Partido Revolucionario Moderno (PRM) fueron los grandes beneficiarios de las críticas emitidas contra el gobierno del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) en las redes sociales.
Doce meses después de llegar al gobierno, han tenido que lidiar con las críticas descarnadas que se dan en el espacio virtual, especialmente Twitter. Desde quejas por el alza de los precios de la comida y los combustibles, rechazo a nuevos impuestos hasta personas molestas por las expresiones de amor de la pareja presidencial en las redes sociales. Con todo eso ha tenido que lidiar el gobierno en casi un año.
Muchas de las críticas han encontrado respuesta en la administración del PRM que ha optado por dejar sin efecto medidas como nuevos impuestos, que había contemplado en el presupuesto de este año. También separar de los cargos a funcionarios que han sido cuestionados como el caso de Kinsberly Taveras, exministra de la Juventud en el ojo del huracán por el tamaño de su declaración jurada de patrimonio, lo propio con Leonardo Faña, acusado de abuso sexual mientras ocupó el cargo de director del Instituto Agrario Dominicano (IAD).
Pero no siempre ha sido así, uno de los temas que más duros cuestionamientos ha generado en las redes sociales, es el aumento de los precios de los combustibles que, en el caso del actual ministro de Industria y Comercio, Víctor (Ito) Bisonó, lo usó como tema de campaña, precisamente en las redes sociales.
Pero en este tema, el presidente Abinader ha salido en defensa del funcionario y ha dicho que no es su culpa el alza de los precios.
El consultor en comunicación, Víctor Bautista, afirma que el gobierno ha sido muy sensible frente a las críticas en las redes sociales. “El gobierno ha mostrado una epidermis altamente sensible a la opinión que se forma en las redes sociales, aunque sea dispersa, episódica y absurda, hasta el punto de echar para atrás decisiones de Estado en función de los resultados que en términos de interacción y de “likes” tenga un tema”, subrayó.
Agregó que la administración reacciona a menor velocidad o, a veces, es indiferente frente a la opinión fundamentada, argumental y reflexiva que se construye en plataformas tradicionales de medios de comunicación.
“A esta parte le presta menos atención porque le resulta fácil visualizarla como obra natural de la oposición. En el caso de las redes sociales, es diferente; son inocultables los temores y el nerviosismo ante lo que yo denomino “la sociedad del like”, comentó el especialista.
Bautista argumentó que este enfoque del gobierno tiene su origen en el contexto en que ganó el poder en el 2020. “Los antecedentes son importantes: las circunstancias políticas y la coyuntura histórica montaron al PRM en la cresta de una ola favorable movida por las redes sociales, que prendieron los motores de la Plaza de La Bandera y de los cacerolazos.
Probablemente el gobierno esté percibiendo que sigue montado en el lomo de la fiera digital indómita y que si se baja puede ser desgarrado”, apuntó.
El especialista fue aún más duro en su enfoque sobre el tema. “Es una pena, pues esa visión posterga el debate, la argumentación, el razonamiento y se centra en la gestión de la emoción a veces caprichosa de un fenómeno tan amorfo como las redes sociales, que deben ser escuchadas, monitoreadas y evaluadas sin que el gobierno se deje narigonear”, sostuvo.
Reconoció que un aspecto positivo es que este gobierno parece tener una importante vocación por la escucha y la interacción, y que eso es bueno en una democracia. “Claro, esta no es una conducta sistémica, sino de algunos entes importantes del Estado con presencia en redes sociales”, concluyó.
El también consultor y experto en comunicación gubernamental, Rafael Núñez, reforzó con su opinión lo planteado por Bautista. Reconoció que aunque ciertamente las redes sociales tienen una influencia que seguirá creciendo, hoy por hoy la televisión sigue siendo el medio de mayor influencia en la audiencia y que la estrategia de un gobierno no puede estar de espalda a esa realidad.
“Una estrategia de comunicación instalada en una buena estructura a nivel nacional permite a un gobierno gestionar la comunicación de tal forma que minimice cualquier ruido, sea del ecosistema digital o de los medios convencionales. Además te permite hacer una convergencia de medios para una estrategia focalizada en tus mensajes más importantes”, subrayó.
Recientemente, el presidente Abinader reconoció que su gobierno tiene retos en la comunicación porque hay acciones que se hacen y es como si no existieran porque no se dan a conocer. El ministro administrativo, José Ignacio Paliza, informó que trabajan para mejorar en ese aspecto.
Abinader no atendió las críticas nombramientos
Aunque en la práctica existe la percepción de que la administración de Abinader se deja guiar por las redes sociales, hay varios casos que demuestran que no siempre es así. Es lo que ocurrió con las críticas por la designación de varios miembros de una misma familia en el tren gubernamental, como los Jorge Mera. Orlando es el ministro de Medio Ambiente y su hermana, Dilia Leticia, viceministra de la Presidencia; la esposa de Jorge Mera, Patricia Villegas, embajadora en Brasil y el hijo de ambos, Orlando, diputado. Otro caso es la familia De Camps, Luis Miguel, ministro de Trabajo y su hermana, Milagros, viceministra de Medio Ambiente y Milagros Germán, madre, vocera de la Presidencia. El presidente Abinader también ignoró críticas por designar pocas mujeres en cargos.