Miami.- La Organización Meteorológica Mundial (OMM) ha advertido que el 2023 será recordado como el año más caluroso jamás registrado en la historia, lo que abriría la puerta a un incremento de inundaciones, incendios forestales, deshielos de glaciares e intensas y abundantes olas de calor en el futuro.
El comité de expertos que forman parte de este organismo dependiente de las Naciones Unidas (ONU) también ha puesto de manifiesto que la temperatura media del año está a 1,4 grados Celsius por encima de la era preindustrial, tan solo una décima de grado por debajo de lo que se había fijado en el Acuerdo de París de 2015.
Y el escenario es aún más preocupante de cara al próximo año ya que, según declaraciones del secretario general de la OMM, se podría superar la temperatura objetivo de 1,5 grados Celsius por el fenómeno de El Niño, marcado por el calentamiento del Océano Pacífico.
“Es prácticamente seguro que durante los próximos cuatro años alcanzaremos este 1,5, al menos de forma temporada” decía Petteri Taalas en una entrevista recogida por la agencia Associated Press, al tiempo que se mostraba convencido de que “en la próxima década más o menos vamos a estar ahí de forma permanente”.
Lo cierto es que la Tierra continúa registrando temperaturas cada vez más cálidas. El 2022 ya fue el sexto año con las temperaturas más altas desde 1880, según un informe elaborado por científicos de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, en inglés) y la Administración Nacional de los Océanos y la Atmósfera (NOAA) de Estados Unidos.
Aumento de la temperatura global
Aún no se tienen los datos definitivos para 2023, puesto que el informe se publica una vez ha finalizado el año y se analizan todas las temperaturas, pero hay que tener en cuenta que las investigaciones que se han realizado hasta el momento revelan que la superficie terrestre y oceánica superó en 0,86 grados Celsius el promedio del siglo XX, que actualmente está en 13,9 grados Celsius.
Para ello, la NASA ha puesto una “gran cantidad de recursos y de trabajo en tratar de entender cómo nuestro planeta funciona y está cambiando” a consecuencia del “aumento y la intensidad de los eventos meteorológicos, como las lluvias torrenciales, las nevadas más extremas, sequías más secas y más largas olas de calor”.
La agencia aeroespacial estadounidense cuenta con recursos suficientes para poder monitorear algunos de estos fenómenos, de manera que se puede ver, con datos científicos, cuál es el alcance ante esta situación.
“La NASA es una agencia espacial y precisamente por eso, desde la gran ventaja de estar en el espacio, podemos observar todo el planeta. Tenemos una flota de satélites que están dedicados a mirar varios aspectos del planeta Tierra”, dice Castillo.
Para tomar conciencia de esta situación, dice el experto de la NASA, “debemos pensar en el planeta como si fuera un súper organismo”, es decir, que va cambiando de acuerdo con ciertos factores y circunstancias. “Al igual que nosotros tenemos diferentes órganos, el planeta Tierra tiene su atmósfera, sus océanos, las capas polares, y todos estos sistemas interaccionan. Para poder entender cómo funciona, tenemos que mirar todos estos aspectos y lo mejor es mirarlos al mismo tiempo”.
Con los satélites desplegados por el espacio, “se pueden tener observaciones de cómo el planeta se está desarrollando y también tenemos científicos que van al campo, al mar y a los bosques y toman medidas para luego hacer trabajos de laboratorio” y “modelos numéricos que se utilizan no solamente para predecir el futuro, sino para entender el presente”.